viernes, 13 de marzo de 2015

Cambios del Tiempo que percibimos en Nuestro Cuerpo

Cambios del tiempo que afectan a nuestro cuerpo


Los cambios del tiempo afectan a nuestro cuerpo.
Algunos cambios bruscos de temperatura, humedad y presión atmosférica afectan a nuestra salud y estado de ánimo. Poco más de 1/3 de las personas pueden pronosticar a través de su cuerpo cuándo va a cambiar el tiempo, con los síntomas que notan y muchos más notan molestias cuando tiene que cambiar el tiempo. Debemos ser conscientes de que algunos de estos trastornos son ocasionados por los cambios climáticos y los cambios de estación, nuestro cuerpo reacciona para adaptarse a las nuevas temperaturas, humedad, etc.
Los  antiguos sabios, egipcios, griegos, romanos y árabes, ya estudiaron lo que pasaba cuando había estos cambios bruscos en el tiempo. Hipócrates decía que “el clima es el conjunto de elementos atmosféricos de una región que pueden influir sobre los seres vivos”.  Observaron que el frío y el calor, el viento y la humedad, la niebla y las tormentas afectaban tanto a la salud física como el estado anímico de las personas. Desde entonces, muchos son los médicos y científicos que lo  corroboran, cada vez que cambia el tiempo inesperadamente afloran o se agravan ciertas enfermedades, desde cefaleas hasta depresiones, pasando por el asma, el acné, la ansiedad o la fatiga.
Cuando alguien dice que le duelen los huesos y que siente que lloverá, normalmente, esta persona acostumbra a acertar sus vaticinios. Esto, incluso, pasa más en personas que tienen migraña, cicatrices, se han fracturado algún hueso, tienen problemas vasculares, reuma o insomnio. Cada vez que hay algún cambio atmosférico, el cuerpo intenta compensarlo y adaptarse. Pero, esto no siempre es posible, y hace que cuando, por ejemplo, cambia la presión atmosférica pueda haber más infartos, migrañas, dolores articulares e incluso ataques de pánico que pasan, muchas veces, sólo cuando empieza a llover.
Nos sentimos bien cuando respiramos el aire de la montaña o del bosque, o cuando paseamos por la orilla del mar o vivimos un día templado y soleado.
En el aire, en el ambiente, hay partículas que tienen carga negativa y se les atribuye un efecto protector y otras con carga positiva, a las que se les imputa un efecto negativo. Estas partículas  van muy rápidas, a la velocidad de la luz y avanzan, en horas o días, la llegada de un cambio de tiempo. Así, cuando los hombres del tiempo anuncian que se aproxima una tormenta, muchas personas que viven más cerca de la entrada de la perturbación ya han notado la llegada de esas partículas y con ellas el cambio atmosférico.

Los Cambios del Tiempo y el sistema nervioso

Cuanto más brusco es un cambio de tiempo, más puede afectar al sistema nervioso y vascular, y más también en personas mayores cuyas venas han perdido la elasticidad, lo que hace que las venas se cierren, igual que en los niños pequeños o en personas que padecen ansiedad o enfermedades vasculares.
Un día soleado eleva el ánimo, esto es por los rayos ultravioleta que frenan la producción natural de melatonina, una hormona que provoca el sueño y en cambio aumentan los niveles de serotonina, una de las hormonas necesarias para el bienestar, y cuya escasez puede causarnos  depresión.

Calor y Frío

El calor dilata venas y capilares, mientras que el frío las contrae, y estos cambios pueden causar jaquecas en personas propensas a ellas. Cuando sufrimos una ola de calor, nos aumenta el mal humor y otros problemas y esto es porque la zona del cerebro que controla la temperatura está muy cercana al de las emociones y en ese momento las dos se conectan. Nuestro metabolismo disminuye, igual que nuestra vitalidad y tenemos más problemas digestivos, y riesgo a padecer deshidratación.
Con el frío se activa la vitalidad y el metabolismo, pero aumentan los problemas respiratorios. Comemos más, y nos movemos menos para aumentar las reservas de grasa que nos protege del frío, haciéndonos aumentar de peso.
Las mujeres parece ser que son más sensibles a estos cambios, porque su instinto maternal en la antigüedad, hacía que tuvieran que preveer los cambios de tiempo para trasladar a la familia a zonas más seguras antes de una tempestad. Y también los animales son sensibles a estos cambios aunque ellos actúan instintivamente ante su presencia.
Las personas que habitualmente viven en zonas con cambios habituales y fuertes de tiempo, reconocen algunas ponerse nerviosas mientras que otras, parece que se estimulan.
El Niño, un fenómeno climático que provoca calor y sequía en los trópicos, también influye en ciertas actuaciones de los habitantes que se ven afectados por él.
También hay científicos que mantienen que los conflictos de ciertas zonas del mundo, se pueden relacionar directamente con una mayor agresividad de las personas a consecuencia de temperaturas más altas de lo normal.

Presión atmosférica

Cuando la presión atmosférica baja y hay más humedad y frío, se agravan los problemas reumáticos y reaparecen dolencias por viejas fracturas óseas. Si hay sequedad en el ambiente, aumentan las infecciones respiratorias. los tejidos se hinchan, un fenómeno que afecta a los que padecen de artritis, ya que la más mínima inflamación en las articulaciones les produce dolor.
Parece ser que los anticiclones largos y prolongados facilitan la aparición de cefaleas, y también son más frecuentes las descargas de electricidad estática, cuanto más húmedo es el aire, más se transmite la corriente eléctrica, igual que los calambres por deshidratación.
Actualmente hay más enfermedades raras y aparecen otras que estaban extinguidas o plagas que cambian de lugar debido a los cambios climáticos y es que el ambiente nos afecta y mucho, pero también a todo lo que nos rodea, incluso el clima repercute sobre la salud.
Ahora, muchas creencias populares tienen base científica.

JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata

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