Las gominolas son un tipo de chuchería a la que es difícil de renunciar incluso en la vida adulta. ¿Qué padres han aguantado la tentación de probar alguna de la bolsa de sus hijos? Su sabor dulce, su textura… Aunque esté muy lejos de ser un snack sano, ya que su contenido en azúcar es abundante, es imposible no caer en la tentación de un osito, un gusano o una con forma de botella de coca-cola.

Pero es probable que mucha gente deje de tomarlos cuando descubra el ‘secreto’ que se esconde en estas inocentes golosinas. Natalia Villaveces, del blog Onda Verde de Yahoo México, ha explicado en un artículo el origen del ingrediente básico de las gominolas. No es otro que la grenetina, que aporta la textura gelationosa a este dulce. Y aunque esta sustancia carece de olor, sabor y color, su origen es bien ‘fuerte’: surge de la cocción de huesos, pieles, cartílagos y ligamentos de gran variedad de animales.

La grenetina es derivada de la cocción de huesos, pieles, cartílagos y ligamentos de animales. (Yahoo México)La grenetina es derivada de la cocción de huesos, pieles, cartílagos y ligamentos de animales. (Yahoo México)


Para crear la gelatina, en las fábricas se separa la grasa y el colágeno de los restos anteriormente citados a base de productos químicos, como ácidos. Así se consigue la denominada hidrólisis del colágeno, una proteína presente en el tejido conjuntivo de los huesos, la piel y el cartílago. El resultado de este proceso es una nueva sustancia base que bien puede ser utilizada por la industria cosmética o por la alimenticia.

Si a la gelatina se le añaden determinados jarabes ricos en azúcar, conservantes, colorantes y potenciados del sabor, se consigue la forma definitiva de las populares gominolas. Aunque todo este proceso suene muy industrial, ya se hacía en el Antiguo Egipto. Los faraones eran agasajados con platos hechos a base de este ingrediente.
Alternativas más verdes
En la actualidad, la creación de gelatinas animales resulta un proceso costoso, no tanto en dinero sino en tiempo, y contaminante. Quizás por ello la industria alimenticia esté poniendo sus ojos en materias primas más baratas y cuya recolección no suponga un daño tan grande para el ecosistema. Un buen ejemplo de ello es el agar-agar, una gelatina de origen marino derivada de un tipo de alga roja. Esta gelatina ha sido utilizada desde tiempos antiguos en los países como China, Japón, o Corea y llevada a Europa hacia la mitad del siglo XIX.

Otro sustituto ecológico es el carragenano, sustancia derivada de un musgo que proviene de las áreas costeras de Irlanda, y que tras ser tratado, parece gelatina de origen animal. Algunas gominolas ya están hechas de alguno de estos ingredientes más verdes que la gelatina tradiconal.