viernes, 18 de noviembre de 2016

Llanto sin causa, desilusión, desconexión, ansiedad, etc:


 síntomas de una curiosa enfermedad

Dnen AdamEs una enfermedad curiosa porque realmente nadie la considera enfermedad, pero esta atacando con fuerza en estos momentos del tiempo. Si te sientes desconectado o ausente, con ganas de llorar sin saber por qué, si tu visión se deteriora y te sientes triste, deprimido, muy sensible a reaccionar con enojo o con miedo, y tu mente dispara imágenes mentales no deseadas, es momento de atender algo realmente importante en ti. Estos síntomas no avisan de una enfermedad física, sino más bien son el resultado de una fuerte y constante acumulación de estrés emocional en el cuerpo, debido a que hay emociones, experiencias y situaciones que has dejado sin atender y se han acumulado.

Se llama “Me resisto al cambio”, “No confío en mi mismo”, “No puedo hacerlo”
La curiosa enfermedad podría tener cualquiera de estos nombres, pero cualquiera que se le de sin duda es algo que debe atenderse pues la falta de confianza, la sensación de impotencia y la resistencia a lo nuevo, a tomar decisiones importantes y dejar atrás el pasado, son las causas más profundas de un especial estrés que a la larga es el responsable de la gran mayoría de las enfermedades, problemas y lo que consideramos un fracaso.

Síntomas del estrés llamado “falta de confianza”:
  • La tristeza
  • El llanto que sucede sin causa
  • Ansiedad, insomnio e inquietud
  • Extrema sensibilidad a la irritación, estar enfadado constantemente
  • Dolor en general sin o con causa, ya sea físico o emocional
  • Sensación de pérdida o vacío
  • Desconexión
  • Sentimiento de abandono
La desconfianza en uno mismo provoca que guardemos y neguemos lo que sentimos realmente. La desconfianza provoca una fuerte  resistencia a cambiar, a tomar una nueva ruta, a atrevernos a lo que realmente queremos. 
¿Por qué desconfiamos?
De niños se nos programa para tener ciertas conductas y nuestra cabeza esta llena de ideas y creencias respecto al cómo deben ser y funcionar las cosas, las personas y el mundo. Muchas veces pasamos la vida tratando de que los días y las personas o situaciones encajen en lo que creemos correcto, y actuamos de forma aguerrida en defensa de lo que nos enseñaron o hemos admitido como verdad. Pero, apenas la vida se mueve en otro sentido, o se comporta de formas inesperadas o espontáneas, y entonces surge una gran desconfianza e inseguridad, y si esta crece entonces sentimos miedo, el cual tan solo revela que no sabemos realmente qué hacer con una vida que juzgamos rápidamente como injusta, poco valiosa, agresiva y hasta terrible.
Cuando cece el miedo…
Si el miedo crece y no sabemos como manejarlo, entonces nos desconectaremos, sentiremos apatía, pero también podemos sentir ansiedad, inquietud y desesperación, lloraremos sin causa porque es la forma en que del cuerpo libera estrés y exceso de energía o emoción, nos sentiremos además muy vulnerables y sensibles apenas se nos conecta con la vida con cualquier situación que parezca un problema, reaccionaremos defensivamente, interpretando todo como agresivo y personal.
Creencias dominantes: responsables del miedo, inseguridad y desilusión
Pensamos que vivimos de acuerdo a nuestras ideas y verdades, y eso esta bien. Pero también esta bien darnos la oportunidad de probar nuevas rutas.  Muchas veces, sin darnos cuenta, las arraigadas creencias, verdades y aprendizajes son un editor fuerte, de no decir, despiadado, respecto a nuestra más sincera y fluida espontaneidad. Y hacen que vivamos bajo una programación y no bajo la espontaneidad. Vivimos programados a ser, decir y hacer lo que socialmente es correcto y “bueno”, preocupados por la aceptación ajena, y estas conductas no hacen sino que nos volvamos un tanto artificiales.
Ser artificiales es la forma más sencilla de sentir enojo, miedo y depresión
Una creencia puede volvernos muy resistentes a fluir y aprender de lo que vivimos. Nuestra mente reprueba, interpreta y niega, en lugar de adaptarse a la situación, fluir con ella, y ver el aprendizaje o mensaje que tiene para nosotros, o simplemente experimentar la emoción que se necesita experimentar en este momento. Las creencias muy arraigadas o dominantes son la principal causa de una gran mayoría de problemas de salud, de relaciones que se rompen o enfrían, de negocios que fracasan, de nuevas aventuras que jamás se vivirán.
La mente nos vuelve entidades artificiales y mecánicas si no la educamos para romper paradigmas, y aprendemos a dejarnos ser naturales y espontáneos, eso da un miedo terrible, ser lo que se es, porque uno se ata a cantidad de formas de pensamiento que encarcelan el florecimiento de nuestro flujo creativo y de pensamiento.
Una persona artificial, reacciona con emociones que le dominan y es prejuiciosa, supone muchas cosas, interpreta e intenta acomodar a su forma de ver las cosas, juzga rápidamente lo que le parece incorrecto por lo que se enfada fácilmente, se desilusiona y exige mucho a los demás.
Una persona natural no reacciona con juicio sino con sincera espontaneidad, no se resiste porque no espera nada de lo demás ni de los demás, se adapta y fluye, y usa sus ideas y opiniones para apoyarse a ella misma, dejando a un lado la idea de amoldar a los demás a su modo.
Ser naturales y lo que realmente somos requiere un alto grado de aceptación y estima, requiere dejar de reaccionar en función del pasado y enfrentarse con las debilidades más profundas para pulir lo más noble y virtuoso dentro de uno. Elevar el valor y confianza de la persona puede sonar algo muy repetido, pero es una de las batallas más profundas y difíciles de librar en un mundo donde todo apunta para lo contrario.
Si has sentido estos síntomas en tu vida de forma acentuada y permanente, quizá es momento del cambio, de que cambies viejas estructuras de pensamiento, que te rindas y dejes de opinar de las cosas para defenderte, y abras tu mente a nuevos aprendizajes y nuevas experiencias.
DATE CONSUELO y empieza a trabajar con tu CONFIANZA
Para curar estos síntomas y empezar a reflexionar acerca de como cargarnos con nueva energía y desarrollar una mayor confianza, prepárate un te de azar o limón y toma unos minutos para ti diariamente.  Dedica este tiempo a ti para que escribas las cosas que sientes te afectan o te han afectado más. Escribir nos ayuda a desahogar emociones y a calmar estrés acumulado. Cuando escribas hazlo:
  • Sin censura, es decir, permites decir las cosas como las sientes sinceramente, no edites palabras ni cosas que sientas por juzgarlas como inapropiadas, escribas tal como las sientes.
  • Detecta una parte de tu vida donde te sientas sometido o atrapado, o donde sientas no puedes fluir ya sea por dinero, por opiniones externas, por que tienes miedo, etc.
  • Cierra tus ojos y respira hondamente, y trata de hablarte con palabras alentadoras. No te resistas a la situación que vives n creas que estas “mal”, más bien dite a ti mismo que todo estará bien, que cualquier cosa que se vive es tan solo es un desafío y que la vida tiene secretos y cosas nuevas que aun estas por descubrir.
  • Observa detenidamente que creencias o pensamientos sientes no te dejan avanzar y escribes. Por ejemplo: siento que no avanzo porque tengo miedo a que los demás se burlen de mi, a fracasar, simplemente no me atrevo, etc.
  • Y una vez que detectes estos pensamientos, entonces sustituyeron por otros que te ayuden a avanzar y observase cumpliéndolos. Por ejemplo. Si eres de las personas que les preocupa mucho el que duran los demás, entonces cierra tus ojos y dite a ti mismo que lo que tu deseas es más importante que cualquier opinión de afuera, porque hacerte feliz es lo único que te importa. Y observase en tu mente decidiendo lo que te gustaría y actuando en función de esto. SI haces esto diario te aseguro que empezaras a notar resultados en tu ánimo en verdad favorables y poderosos.
  • Recuerda que tu eres tu primer amigo, y que debes ser amoroso, paciente y estar muy conectado contigo. Hablar con nosotros mismos así como lo haces con un amigo en verdad empieza a calmarnos y nos conecta nuevamente con nosotros y con la vida.
  • Evita en tu dieta comida azucarada o refinada como el pan, refrescos sodas, pasteles, etc., así como productos derivados de la leche ya que estos deprimen nuestros sistema nervioso.
  • Toma diariamente un jugo de naranja con aloe y agrega una cucharadita de chia, e incluye en tu dieta almendras, nueces, ensaladas con vegetales abundantes y bebe al menos dos litros de agua al día. Todo esto te ayudara a empezar a elevar tu ánimo

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