domingo, 22 de enero de 2017

¿Qué nos depara 2017 en materia de alimentación?


viernes, 20 de enero de 2017

Hace ya casi un mes que disfrutamos de un nuevo año y ya va siendo hora de desempolvar la bola de cristal para tratar de adivinar qué nos deparará en lo que a alimentación se refiere. Como sabrás (y si no lo sabes, que quede claro), eso de las "artes adivinatorias" tiene truco. En este caso, lo que haremos será echar la vista atrás para recordar lo que nos dejó el pasado 2016 y así poder formarnos una idea de lo que nos espera.

Azúcar

No hace falta tener grandes "dotes adivinatorias" para saber que en 2017 se hablará de azúcar. Sin ir más lejos, el año ha comenzado con la viralización de un proyecto que nos muestra el azúcar presente en muchos de los alimentos que podemos encontrar en el mercado. Hace tiempo que el tema está muy presente en los medios, aunque fue el pasado 2016 cuando acabó por despuntar como protagonista indiscutible entre las noticias de alimentación. Recordemos brevemente algunas de ellas para tener una pista de lo que nos depara el futuro en este aspecto. Los innumerables artículos que se publicaron al respecto hablaron sobre todo de la elevada cantidad de azúcar en la dieta y de sus implicaciones sobre la salud, de las prácticas de dudosa ética llevadas a cabo por empresas que fabrican productos con elevada cantidad de azúcar, de la necesidad de reducir su consumo y de las medidas para tratar de conseguirlo. Sin duda, durante los próximos meses se seguirá hablando mucho acerca de todo ello.
Imagen extraída de la web sinazucar.org que muestra el azúcar presente en muchos de los alimentos que consumimos. En este caso, una lata de Monster de 553 ml, que contiene 60 g de azúcar, cantidad que excede las recomendaciones de consumo máximo diario propuestas por la Organización Mundial de la Salud.


Bebidas azucaradas, ciencia, salud y conflictos de interés
En 2016 la atención recayó especialmente sobre los refrescos o, mejor dicho, sobre las bebidas azucaradas, que protagonizaron diversas polémicas a lo largo de todo el año. Así, el mes de enero comenzó con una noticia que hablaba de la disolución de un grupo estadounidense de investigación contra la obesidad financiado por Coca Cola tras las duras críticas recibidas. Este hecho, que pasó prácticamente desapercibido para los medios generalistas españoles, tuvo su origen en un contundente editorial del diario The New York Times titulado algo así como Coca-Cola financia a científicos para que dejen de echar la culpa de la obesidad a las dietas inadecuadas. Además pudimos conocer que estas prácticas no son exclusivas de la industria de las bebidas azucaradas, como mostró una noticia que informaba de que la empresa Kellogg's había pagado a expertos independientes para promocionar sus cereales de desayuno. Y tampoco se trata de prácticas novedosas, como puso de manifiesto la revista médica JAMA Internal Medicine en un artículo que indicaba que la industria azucarera utilizó la ciencia en los años 60 para culpar a la grasa saturada de los trastornos del corazón y restar importancia al azúcar.


Imagen correspondiente a un anuncio de Coca Cola en el que se centra la atención sobre el sedentarismo como factor causante de la obesidad. (Fuente).

En octubre, el diario El País publicó un artículo con el siguiente titular: "Coca-Cola y Pepsi gastan millones para lavar la imagen de las bebidas azucaradas". La noticia hablaba de un estudio publicado en la revista American Journal of Preventive Medicine que dio a conocer una lista de 95 organizaciones estadounidenses relacionadas con la promoción de hábitos saludables y con la lucha contra la obesidad o la diabetes que fueron financiadas por Coca Cola y Pepsi "con el objetivo de mejorar la imagen de los refrescos y restar apoyos a las leyes que limitan su consumo". Mientras tanto, en España fue la propia empresa Coca-Cola quien publicó un listado en el que se mostraban infinidad de colaboraciones con numerosas organizaciones relacionadas con la salud, tales como la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética, la Federación de Diabéticos Españoles, la Fundación Española del Corazón o la Asociación Española de Pediatría, unas prácticas que fueron calificadas por muchos profesionales, entre ellos la asociación Dietética Sin Patrocinadores, como un grave caso de conflicto de intereses. Sin duda, en 2017 se seguirá hablando sobre este tipo de prácticas.

Impuesto al azúcar
En medio de la gran polémica que generaron estas noticias en torno a las bebidas azucaradas surgió un debate aún más intenso, si cabe, relacionado con la posibilidad, la necesidad y la utilidad de gravar con impuestos este tipo de productos. Aunque el tema venía ya de lejos, fue intensificándose a lo largo del año como consecuencia de las medidas adoptadas por diversos organismos. Así, en marzo se dio a conocer que el Reino Unido aplicará un impuesto a estas bebidas, sumándose de este modo a otros países como México, Francia o Finlandia. Unos meses más tarde, en octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una recomendación para que los países aumenten un 20% los impuestos sobre las bebidas azucaradas con el objeto de reducir su consumo y luchar así contra la prevalencia de caries, diabetes tipo 2, sobrepeso y obesidad (recordemos que el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer recomienda directamente evitar su consumo). Tan sólo unos días después Portugal anunció que adoptaría una medida de este tipo durante este año 2017 en el que nos encontramos, y en noviembre, fue la Generalitat de Cataluña quien dio a conocer que aplicaría una subida en el precio de estos productos de hasta un 20%, coincidiendo con las recomendaciones de la OMS. Tan sólo 12 días después, el gobierno central anunció una medida similar, bloqueando así la propuesta realizada por el gobierno catalán. Así pues, este año 2017 veremos cómo comienzan a aplicarse estas medidas, así que es de esperar que se reabra el debate sobre su utilidad y sobre la necesidad de extenderlas a otros productos con elevada proporción de azúcar añadido. En contrapartida, se prevé que algunas de las empresas afectadas emprendan acciones para luchar contra la reducción del consumo y mantener así sus ingresos. Por poner dos ejemplos, Coca Cola y Pepsi se comprometieron el pasado mes de octubre a reducir la cantidad de azúcar en sus refrescos mientras que Nestlé anunció una nueva tecnología que permitirá reducir hasta un 40% el azúcar en chocolates y otros productos de confitería sin afectar al sabor.


Los impuestos a las bebidas azucaradas no hacen ninguna gracia a las empresas que las fabrican. (Fuente)

¿Mejoras en el etiquetado del azúcar?
En mayo del pasado año la FDA estadounidense emitió un comunicado para anunciar cambios en el etiquetado nutricional de los alimentos que se comercializan en ese país. Entre ellos, uno de los más importantes es la obligatoriedad de informar sobre la cantidad de azúcar añadido que contiene cada producto. Al igual que ocurre actualmente en la Unión Europea, en Estados Unidos no se hacía ninguna distinción entre los azúcares naturalmente presentes (por ejemplo, la lactosa de un yogur) y los azúcares añadidos por el fabricante, que son los que suelen consumirse en elevadas cantidades y los que se relacionan con problemas de salud. ¿Veremos una medida similar en la Unión Europea durante este año 2017? Parece difícil, teniendo en cuenta que Estados Unidos nos saca 20 años de ventaja en lo que a etiquetado nutricional se refiere. Aunque con la preocupación social que existe actualmente acerca del azúcar, quién sabe.  


En Estados Unidos el etiquetado nutricional de los alimentos informará sobre la cantidad de azúcar añadido. (Fuente)

Publicidad de alimentos insanos para niños

Otro debate relacionado con el anterior que se ha intensificado en los últimos años y que previsiblemente se mantendrá a lo largo de 2017 es el que se refiere a la publicidad de alimentos insanos dirigida a niños. En 2016 vimos cómo varios países adoptaron diversas medidas al respecto con el objeto de reducir los altos índices de obesidad infantil que se registran en buena parte del planeta. Por ejemplo, en Chile se prohibió la comercialización del huevo Kinder Sorpresa y se obligó a modificar el Happy Meal para tratar de eliminar los juguetes que incluyen este tipo de productos y que sirven como gancho para atraer a los más pequeños. En ese país se aprobó además un nuevo etiquetado para los alimentos que informa sobre nutrientes críticos, tales como sodio, grasa, calorías y azúcar. Por su parte, en Brasil la Corte Superior de Justicia prohibió la publicidad dirigida al público infantil.

Éstas son las advertencias que deben mostrarse en el etiquetado de ciertos alimentos que se comercializan en Chile. (Fuente)
¿Y qué ocurre en España? Pues ocurre que cada vez más profesionales alzan la voz para que se prohíba la publicidad de alimentos insanos dirigida a niños. Uno de los revulsivos fue sin duda la petición realizada en 2015 por el dietista-nutricionista Julio Basulto a través de las redes sociales para que organizaciones relacionadas con la salud dejaran de avalar este tipo de productos. Su atención se centró concretamente en la Asociación Española de Pediatría (AEP), cuyo nombre se mostraba en el envase de las galletas Dinosaurus, entre otros. Pues bien, en febrero de 2016, la Organización Médica Colegial, es decir, la institución que agrupa a todos los colegios de médicos de España, aprobó una declaración en la que se indica que este tipo de prácticas suponen "una forma de publicidad subliminal asociativa en la que se entiende que el producto viene avalado por la sociedad científica cuya imagen o logo figura en el mismo producto o en una imagen en la que aparecen ambos". Se añade además que "es contrario a la Deontología Médica solicitar o aceptar contraprestaciones a cambio de prestar la imagen de la profesión médica para avalar productos alimentarios de dudosa salubridad". A día de hoy el sello de la AEP ya no se muestra en ese producto ni en otros en los que aparecía. Sin embargo aún son muchas las entidades relacionadas con la salud que siguen practicando este tipo de "patrocinios". ¿Veremos cambios en 2017?


Estos son algunos de los productos insanos en los que se mostraba el sello de la AEP. 

Otra acción publicitaria que puso en pie de guerra a muchos profesionales sanitarios en 2016 fue el anuncio televisivo de un producto dirigido a la población infantil llamado Sojasún. La polémica fue tal, que la Asociacion para la Autorregulación de la Comunicación Comercial, conocida como Autocontrol, lo condenó por "fomentar entre los menores el desprecio hacia las frutas y verduras y, además, el consumo excesivo de los yogures promocionados". Eso sí, la empresa responsable del producto, Triballat España, S.L., no quiso participar en el procedimiento llevado a cabo por Autocontrol, lo que significa que su condena no es vinculante ni obliga a la empresa a realizar ningún tipo de acción. Todo esto no es nada nuevo. En 2015 vimos un caso similar con el anuncio del producto Kekos de la empresa Bimbo, con las mismas consecuencias, es decir, ninguna. Es probable que en 2017 la historia se repita con otro producto diferente.
A finales del pasado año el Congreso pidió al Gobierno limitar la publicidad de alimentos insanos dirigida al público infantil con el objeto de reducir la elevada tasa de sobrepeso y obesidad en ese grupo de población. Y es que, aunque en 2016 conocimos que el exceso de peso en niños de seis a nueve años disminuyó un 3,2% en cuatro años, la prevalencia todavía sigue siendo muy elevada, alcanzando concretamente una cifra del 41,3%. Por su parte, los adultos no tienen nada que envidiar a estas cifras, a juzgar por un estudio publicado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que el 39,3% de la población española de entre 25 y 64 años padece sobrepeso y un 21,6% obesidad. ¿Veremos en 2017 algún tipo de medida para limitar la publicidad de alimentos insanos? 

Alcohol

Seguro que durante 2017 también se hablará de alcohol. Por lo pronto, el año ha comenzado con una discusión sobre si un "vino azul" puede comercializarse como "vino" o no. Aunque el debate más encendido volverá a ser probablemente el que relaciona la ingesta de alcohol con supuestos beneficios para la salud. Durante 2016 pudimos ver casi a diario artículos en la prensa que promocionaban estas pretendidas propiedades: que si una copa de vino equivale a una hora de gimnasio, que si hay que beber cerveza después de hacer ejercicio, que si tomar dos cañas diarias es beneficioso para la salud... Y también pudimos ver la reacción de muchos profesionales al respecto, como la del periodista Antonio Martínez Ron, con un reportaje de investigación titulado La gran mentira de la cerveza saludable o la de los dietistas-nutricionistas Juan Revenga (Recomendar el consumo de bebidas alcohólicas es irresponsable, máxime si eres sanitario) y Julio Basulto (La verdadera "curva en J" del alcohol), por poner sólo tres ejemplos. Mención aparte merece la respuesta de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ante la campaña publicitaria de la bebida "San Miguel 0,0 isotónica" un producto que se promocionó profusamente en infinidad de medios como "especial para deportistas". Dichos organismos emitieron un comunicado en el que se podía leer lo siguiente: "La cerveza que se presenta como bebida para deportistas no cumple con los criterios y garantías necesarios para ser recomendada ni en el deporte ni en la actividad física. Pero además la cerveza constituye una forma de entrada al consumo de alcohol de los más jóvenes, e incluso, niños. La adaptación precoz del niño u adolescente que practican deporte al sabor de la cerveza utilizando como estímulo y referencia ídolos deportivos es desde todo punto de vista rechazable para OMC y SEMED y constituye un nuevo ejemplo de publicidad con clara intencionalidad subliminal contraria a la promoción de la salud". 

La bebida "San Miguel 0,0 isotónica" fue criticada duramente, no sólo por la promoción implícita del consumo de cerveza asociado a un hábito saludable, sino también por anunciarse como "isotónica" cuando en realidad no lo es. (Fuente)

Ante todo este panorama y, conociendo lo arraigado que está el consumo de alcohol en nuestra sociedad, no es de extrañar que los resultados del Primer Estudio Lundbeck: Percepción y Conocimiento del Alcoholismo en España, indicaran que los españoles estamos entre los países que más bebemos, que el 17,1% de la población mayor de edad es consumidora de alto riesgo y que el 76% de los bebedores de riesgo no percibe que toma demasiado alcohol. Tampoco es de extrañar que nos encontraramos con nefastos sucesos como el que tuvo lugar a finales de año en Madrid, cuando una niña de 12 años falleció por coma etílico tras un botellón


Dietas y salud

Si hay algo fácilmente predecible es esto. Seguro que durante este 2017 se hablará de todo tipo de dietas y de alimentos con propiedades milagrosas. 

Dietas adelgazantes
Como cada año, aparecerán nuevos métodos (y se rescatarán otros del pasado) que prometerán adelgazar de forma rápida, fácil y sin esfuerzo, omitiendo por supuesto su nulo fundamento científico y sus más que probables riesgos para la salud. Sin ir más lejos, en 2016 se volvieron a poner de moda la dieta de la piña, la de la alcachofa, la del jarabe de arce o la de los potitos infantiles y aparecieron muchas otras, como la que propone adelgazar comiendo bacon y bebiendo alcohol, o en su versión castiza, comiendo jamón y bebiendo vinoTodas ellas promocionadas, cómo no, por revistas "femeninas" y prensa generalista, por programas de televisión, por libros de dudoso rigor y por famosos de todo tipodesde concursantes de Gran Hermano, hasta actores y cantantes. Quizá la única duda es por cuál se decantará esta vez la actriz Gwyneth Paltrow.


Este vídeo de Youtube en el que se promociona una dieta supuestamente adelgazante a base de frutas tiene a día de hoy más de 5 millones de visualizaciones.

Dietas terapéuticas
En 2017 también se promocionarán dietas-milagro con supuestas propiedades terapéuticas. Ya se viene haciendo esto desde hace años con la dieta macrobiótica o con la dieta alcalina, aunque sin duda, la protagonista del pasado 2016 fue la dieta detox. Ni que decir tiene que ninguna dieta cura enfermedades (mucho menos el cáncer), por muchos vasos de agua con limón que tomemos. Pero no sólo eso, es que además seguir este tipo de hábitos puede poner en grave riesgo la salud. Conviene tener todo esto muy presente ya que existen infinidad de supuestos expertos y de desalmados en general que promocionan dietas "sanadoras", lo que "casualmente" suele reportarles ingentes beneficios económicos. Es el caso, por ejemplo, de Belle Gibson, una bloguera australiana que se inventó que se había curado de un cáncer gracias a la alimentación saludable y las "terapias naturales". Hoy se enfrenta a una multa de más de un millón de dólares y a una posible pena de cárcel por estafa. Pero no hace falta ir a la otra punta del planeta; en España también tenemos lo nuestro
La dieta alcalina propone "sanar, adelgazar y detener el envejecimiento". No sólo no tiene ningún fundamento científico, sino que además se basa en sinsentidos y puede poner en riesgo la salud.

Es de suponer que en 2017 también se pondrá de moda el consumo de algún "superalimento" por sus propiedades saludables, ya sean éstas reales, exageradas o directamente ficticias (muy probablemente las dos últimas). Así ha sido desde hace ya unos cuantos años: bayas de goji, semillas de chia, espelta, quinoa, jengibre, cúrcuma, guanaba, brócoli, batidos verdes, algas... y así hasta completar una larga lista. Ante esto debes tener presente que los alimentos milagrosos no existen. A veces buscamos una "píldora mágica" que nos haga sanos y esbeltos, pero eso es sencillamente una fantasía. Es cierto que algunos de estos alimentos contienen algunos nutrientes que se relacionan con ciertos beneficios para la salud (habría que ver cuáles y en qué cantidad...). Pero en cualquier caso, caer en la dinámica de basar nuestra dieta en las hipotéticas bondades de esos nutrientes concretos en lugar de fijarnos en el conjunto de los alimentos que ingerimos (lo que se conoce como nutricionismo) es un error que puede desviarnos de una dieta saludable y hasta poner en riesgo nuestra salud.
Los únicos superalimentos que existen son los que come Superman.

Dieta vegetariana
Es muy probable que durante este año volvamos a oír hablar mucho sobre dieta vegetariana y dieta vegana, opciones que han alcanzado una notable popularidad en los últimos años y que tienen cada vez más partidarios. Aunque tampoco faltan los detractores. Podemos encontrar un nefasto ejemplo en Polonia, donde el Ministro de Exteriores declaró el pasado año que su misión era "acabar con esa Europa podrida de vegetarianos y ciclistas". Con estas premisas, puedes imaginar que cada vez que surge el tema del vegetarianismo suelen iniciarse acalorados debates entre unos y otros. Quizá el punto álgido tuvo lugar el pasado mes de junio, cuando surgió la noticia de que una niña italiana de dos años fue ingresada en la UCI tras haber seguido una dieta vegana mal planificada. El escándalo fue tal, que una diputada de ese país propuso un proyecto de ley en el que se preveía hasta un año de cárcel para los padres que impusieran una dieta vegana a sus hijos. Lo cierto es que en muchos casos ni los partidarios ni los detractores tienen muy claros los aspectos relacionados con este tipo de dietas. Hay quien piensa que son saludables por definición y, por el contrario, quien cree que son necesariamente peligrosas. Recordemos que una dieta vegetariana o vegana puede ser una opción saludable, siempre que esté bien planificada, y es en este último matiz donde está el quid de la cuestión.
Existen infinidad de mitos y confusiones en torno a la dieta vegetariana. Este libro de la dietista-nutricionista Lucía Martínez ayuda a dejar las cosas claras. (Fuente)
Por otra parte, también existe mucha confusión en otro aspecto. Y es que este tipo de dietas suele asociarse a ideas románticas y sin fundamento alguno, como la "vida natural", la pseudomedicina y la pseudociencia en general: homeopatía, reiki, remedios "naturales", etc. (por supuesto, no siempre es así). En definitiva, un batiburrillo del que suelen sacar ingentes beneficios los charlatanes de turno y que puede poner en grave riesgo nuestro bolsillo y nuestra salud. En 2016 vimos varios ejemplos de ello, como el de un bebé que fue ingresado con escorbuto en un hospital de Valencia tras haber sido alimentado con leche de almendra, o el de infinidad de menores en varios países ingresados con graves enfermedades tras haber sido alimentados con leche cruda de vaca.
Alimentos ecológicos
Con los alimentos ecológicos ocurre algo parecido a lo que acabamos de comentar: en realidad pocas personas tienen claro en qué consisten realmente y la mayoría de las veces se compran pensando que son más saludables o más respetuosos con el medio ambiente, cuando no tiene por qué ser así necesariamente. Seguro que durante este año también se hablará de ello. Al menos en este blog. 


El futuro de la alimentación

Un tema que preocupa mucho en la actualidad es el reto de alimentar a una población mundial cada vez más numerosa con un número limitado de recursos. La solución pasa, entre otras cosas, por aumentar la productividad y la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos. Para ello se han hecho muchas propuestas, como el desarrollo de nuevas formas de alimentarse o la reducción del despilfarro de alimentos.

Nuevas formas de alimentarse
Dos de las nuevas formas de alimentarse que se proponen suelen estar muy presentes en los medios de comunicación, aunque no necesariamente por su utilidad, sino más bien porque resultan llamativas. La primera de ellas es la posibilidad de incluir insectos en nuestra dieta habitual, algo que ya hacen millones de personas en el mundo desde hace miles de años y que la FAO plasmó en un informe publicado en 2013. La segunda propuesta es el consumo de carne artificial, cultivada en laboratorio, que cada vez está más cerca de salir al mercado. También hay quien dice que la solución vendrá de la mano de los alimentos transgénicos, aunque en este caso el debate más intenso volverá a centrarse sobre todo en su seguridad, a pesar de que no se tienen dudas razonables sobre ello.

La carne de laboratorio se produce a partir del crecimiento de células animales. (Fuente)
Despilfarro de alimentos
Otra cuestión fundamental para poder alimentar a una población cada vez más numerosa y no deteriorar aún más el medio ambiente es la reducción del despilfarro de alimentos (1234). Recordemos que cada europeo desperdicia unos 76 kg de comida al año, con todo lo que eso supone: pérdida de recursos (agua, combustible, electricidad, abonos, pesticidas, pienso, etc.), aumento de residuos, deterioro del medio ambiente, pérdida de tiempo, dinero, mano de obra, etc. El pasado año conocimos las medidas adoptadas en países como Francia, donde se aprobó una ley que obliga a las cadenas de distribución a donar alimentos. En España hasta ahora no existe ninguna medida encaminada a reducir el desperdicio de comida. Sin embargo, esto va a cambiar, a juzgar por una noticia que se ha conocido recientemente, según la cual la Unión Europea se compromete a reducir a un 50% sus residuos antes de 2030.

Las medidas adoptadas hasta ahora por la Unión Europea para reducir el despilfarro de alimentos son insuficientes, según el Tribunal de Cuentas.


Mitos alimentarios

En 2017 nos encontraremos sin lugar a duda con nuevos mitos y bulos alimentarios y seguramente también se rescatarán algunos del pasado. Al menos eso es lo que sucede cada año. Por ejemplo, en 2016 se difundió el bulo de que se estaban comercializando plátanos a los que se les había inyectado sangre con el virus del sida, algo que no deja de ser una versión renovada de otro en el que el alimento implicado son las naranjas. ¿Qué otros mitos se difundieron el pasado año? Se habló de la existencia de pollos mutantes de la empresa KFC, sin plumas, con cuatro patas y seis alas; de la regla de los 5 segundos (otra vez) según la cual podemos comer de forma segura algo que ha caído al suelo si lo recogemos antes de que transcurra ese tiempo o del supuesto peligro que implicaba consumir agua de Murcia. También se hizo muy popular un vídeo que a priori podría parecer un bulo pero que ofrecía una información real, aunque sorprendente para muchos: que la gelatina con la que se fabrican productos como las gominolas se extrae a partir de la piel de cerdo o vaca. 
La crisis creativa no sólo ha llegado a Hollywood. Este mito recicla otro similar en el que el protagonista era la naranja. (Fuente)

Seguridad alimentaria

Los alimentos que hoy en día podemos encontrar en el mercado son más seguros que nunca. Pero la seguridad total no existe, por mucho que nos empeñemos. Es imposible controlar todos y cada uno de los peligros que pueden presentarse y además hacerlo para todos y cada uno de los alimentos que consumimos. Por poner un ejemplo, incluso en los casos en los que aplican procesos de esterilización (como en las conservas), es imposible asegurar una destrucción total y absoluta de los microorganismos que pudiera haber presentes. Así pues, con lo que se trabaja es con probabilidades, de manera que los sistemas de producción y de control van dirigidos a que la probabilidad de que se presenten esos peligros sea muy muy pequeña, casi nula. En definitiva, podemos afirmar que, en general, los alimentos son seguros. Eso sí, es inevitable que de vez en cuando aparezcan problemas relacionados con la seguridad alimentaria. Así ocurrió durante el pasado año 2016, cuando conocimos algunos casos bastante graves. Los más importantes se debieron a brotes causados por microorganismos patógenos: varios brotes importantes de salmonelosis a lo largo de todo el año debidos a una mala manipulación de los alimentos dejaron más de 150 afectados y al menos cuatro víctimas mortales (1, 2, 3, 4, 5); un brote de norovirus causado por la contaminación de un manantial de agua mineral afectó a más de 4.000 personas y un brote de botulismo por el consumo de conservas de alubias mal elaboradas afectó a dos personas. También fue noticia la retirada del mercado de miles de chocolatinas en 55 países por parte de la empresa Mars tras haber encontrado trozos de plástico en una de ellas debido a un fallo de producción.
Uno de los episodios más sonados del pasado año en lo que a seguridad alimentaria se refiere fue el brote causado por la presencia de norovirus en agua mineral que afectó a más de 4.000 personas en Cataluña y que se saldó con el cierre de la empresa.

Fraudes

Al igual que ocurre en el caso de la seguridad alimentaria, también es imposible asegurar al cien por cien que no nos den gato por liebre a la hora de comprar alimentos, a pesar de que existen controles para evitar que esto ocurra. En cualquier caso, los fraudes son cada vez menos frecuentes, aunque todavía se siguen produciendo y es de esperar que en 2017 conozcamos nuevos casos. Uno de los sucesos más escandalosos de los últimos años fue sin duda el caso de la venta de carne de caballo etiquetada como si fuera de otra especie animal, que estalló en 2013. Desde entonces se ha debatido mucho sobre la necesidad de incluir cambios en la legislación para evitar que este tipo de cosas vuelvan a repetirse. Otros casos más recientes y menos populares fueron la detención de un ganadero de Guijuelo por falsificar la raza de 1.400 cerdos o la publicación de una noticia que daba a conocer el presunto fraude perpetrado por una conservera Valenciana que supuestamente manipulaba la fecha de caducidad de sus productos. A pesar de lo que se suele creer, un fraude alimentario no tiene por qué suponer necesariamente un riesgo para la salud, aunque en algunos casos es muy probable que así sea. Un ejemplo de ello es la venta de carne procedente de animales engordados ilegalmente con sustancias farmacológicamente activas, algo que es muy poco común pero que sigue sucediendo en contadas ocasiones, como vimos el pasado año. Ejemplo de lo contrario es la venta de carne de vaca por carne de buey, un fraude omnipresente en muchos establecimientos españoles. Otros fraudes frecuentes que seguiremos viendo en 2017 son los que se relacionan con otros productos como aceite de oliva o azafrán, aunque en realidad cualquier alimento es susceptible de protagonizar estas prácticas. Mención aparte merecen los complementos alimenticios que, además de ser innecesarios en la mayoría de los casos en que se (auto)administran, son protagonistas habituales en casos de fraude.



Legislación alimentaria

Una de las herramientas para luchar contra el fraude y los abusos y para mejorar la transparencia es, sin duda, la legislación. Ya citamos anteriormente algunas reformas demandadas por muchos profesionales, como las que se refieren al azúcar o a la publicidad de alimentos insanos dirigida a la población infantil, pero es necesario mejorar además muchas otras cosas. Poco a poco se van haciendo avances, aunque éstos se producen de forma muy lenta y son claramente insuficientes. Durante el pasado año vimos por ejemplo cómo entraba en vigor la obligatoriedad de mostrar la información nutricional en el etiquetado de la mayoría de los alimentos. También se dio a conocer que será obligatorio indicar en el etiquetado de la leche el lugar de ordeño de la vaca, una medida que por cierto debería haberse adoptado hace ya unos años, según recoge la legislación. También está pendiente la norma que obligaría a mostrar el contenido de grasas trans en los alimentos. Y entre las que también serían deseables pero que por el momento parece que no se contemplan destaca la mejora del etiquetado de los alimentos integrales. ¿Veremos algún cambio en este sentido durante este año 2017?

En resumen

En 2017 se hablará sobre todo de azúcar, azúcar y más azúcar: su contenido en los alimentos, los impuestos a las bebidas azucaradas y a otros productos, las alternativas a la hora de endulzar... Pero ¿qué más nos deparará este año? ¿Qué dietas y alimentos milagrosos se pondrán de moda? ¿Qué fraudes, alertas alimentarias y bulos nos escandalizarán? ¿Qué avances científicos y tecnológicos se darán a conocer? Desde este blog y desde los perfiles de Facebook y Twitter nos mantendremos muy atentos. Esperemos que sea un buen año para todos. También para ti, por supuesto ;-) 


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