lunes, 19 de junio de 2017

Aspartame


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¿Por Qué el Aspartame NO es la Mejor Opción Para las Personas que Están a Dieta?

Los endulzantes artificiales bajos en calorías fueron originalmente comercializados sobre todo para las personas que padecen diabetes y aquellas que llevan una dieta, pero ahora puede encontrarlos en una variedad de snacks y productos alimenticios procesados que no son específicamente destinados para este mercado objetivo.
Pero, realmente ¿estos productos cero o bajos en calorías ayudan a perder peso y/o a mantener el peso?
Pues bien, la investigación y los datos epidemiológicos sugieren que es todo lo contrario, y que los endulzantes artificiales, tales como el aspartame, tienden a provocar un aumento de peso. Como he dicho frecuentemente, hay algo más involucrado en aumentar o perder peso, que solo el hecho de consumir calorías.
Una de las razones por las que el aspartame puede causar un aumento de peso se debe a la fenilalanina y ácido aspártico--los dos aminoácidos que componen el 90 % del aspartame—estos son conocidos por estimular rápidamente la liberación de insulina y leptina; dos hormonas que están íntimamente involucradas con la saciedad y el almacenamiento de grasa. Además, la insulina y leptina son las principales hormonas que regulan el metabolismo.
Así que, aunque no consuma calorías en forma de azúcar, aun así, el aspartame puede elevar sus niveles de insulina y leptina.
A su vez, los niveles elevados de insulina y leptina, son dos agentes causantes de obesidad, diabetes, y un sin número de las enfermedades epidémicas crónicas que existen actualmente.
Con el tiempo, si su cuerpo está expuesto a un exceso de leptina, se volverá resistente a ella, de la misma forma en que su cuerpo puede volverse resistente a la insulina, y una vez que esto sucede, su cuerpo ya no podrá "escuchar" los mensajes hormonales que le indican dejar de comer, quemar grasa, y mantener una buen nivel de sensibilidad a los sabores dulces en su paladar.
¿Qué sucede entonces?
Continúa con apetito; empieza a tener antojos de dulces, y su cuerpo almacena más grasa.
De igual manera, la resistencia a la leptina provoca un aumento de grasa visceral, que le sumerge en un círculo vicioso de hambre, almacenamiento de grasa y un mayor riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes, síndrome metabólico y otras más.

Los Endulzantes Artificiales en Realidad AUMENTAN su Peso

La mayoría de las personas utilizan endulzantes artificiales para bajar de peso. La sorprendente ironía es que casi todos los estudios que han analizado cuidadosamente su eficacia muestran que aquellas personas que utilizan endulzantes artificiales, en realidad aumentan más de peso, que las que beben sodas regulares.
Así también, el sentido común podría sugerirle firmemente que no funcionan, porque si bien se han utilizado excesivamente en las últimas tres décadas, esos elevados niveles son casi paralelos a la epidemia de la obesidad, la cual continúa empeorando, no mejorando, a pesar de recurrir a los endulzantes artificiales.
Esta conexión entre el sabor dulce por sí solo, y un mayor nivel de apetito puede encontrarse en los textos médicos que se remontan al menos a dos décadas anteriores. Por ejemplo, estos dos estudios, que datan de finales de los '80s y principios de los '90s, mostraron un vínculo entre los endulzantes artificiales y un mayor nivel de apetito:
Physiology & Behavior, 19882 - En este estudio, determinaron que los endulzantes fuertes (sin o bajos en calorías) pueden producir cambios significativos en el apetito. De los tres endulzantes probados, el aspartame produjo efectos más pronunciados.
Physiology & Behavior, 19903—En este, nuevamente evaluaron que si tan solo con probar algo "dulce" aumenta el apetito o no, hicieron que las personas mascaran chicle que contenía diversos niveles de aspartame (0.05 %, 0.3 %, 0.5 % , o 1.0 %), durante 15 minutos.
Curiosamente, aunque las personas que mascaron chicle endulzado artificialmente informaron tener un mayor apetito--en comparación con el grupo control, quienes mascaron chicle sin azúcar o no recibieron nada--los niveles elevados que manifestaron no se correlacionaron directamente con la concentración de aspartame en el chicle.
Las mujeres mostraron un mayor nivel de apetito después de masticar el chicle que contenía 0.3 % de aspartame (la segunda cantidad más baja de concentración), mientras que los hombres mostraron más apetito después de masticar el chicle que contenía 0.5 % de aspartame.
Los autores afirman que: "Las concentraciones más altas de aspartame tuvieron un efecto bifásico en el apetito, en función del tiempo, lo que ocasionó una menor cantidad transitoria seguida de una mayor cantidad sostenida en los índices de apetito.
Por lo tanto, la concentración del endulzante, sexo de la persona, y el tiempo después de masticar, todos estos fueron importantes factores determinantes en cuanto a si la "dulzura" aumentó el apetito.
Si bien, en ese momento no se proporcionaron explicaciones para estos resultados; ahora, los investigadores empiezan a ser capaces de explicar con más detalle cómo y por qué ocurre esto.
Como expliqué anteriormente, el ácido aspártico y la fenilalanina pueden estimular la liberación de insulina y leptina, que al mismo tiempo, participan en el mecanismo de saciedad.
Además, las grandes dosis de fenilalanina pueden disminuir importantes neurotransmisores como la serotonina,4 lo que también influye en la sensación de saciedad. Tener niveles inferiores de serotonina reduce la sensación de saciedad, lo cual puede ocasionar que coma demasiado o de forma compulsiva.
En un estudio de alta intensidad sobre los endulzantes artificiales realizado en estudiantes universitarios, tampoco hubo evidencia de que utilizar endulzantes artificiales estuviera asociado con un menor consumo total de azúcar.
Estos resultados indican que consumir endulzantes artificiales simplemente perpetúa el antojo de alimentos dulces, y no reduce el consumo total de azúcar—lo que ocasiona más problemas para controlar su peso.5
En el 2005, los datos recolectados durante los 25 años de duración del Estudio San Antonio Heart Study, también mostraron que beber sodas de dieta elevó la probabilidad de un grave aumento de peso--mucho más que por beber sodas regulares.6
Según Sharon Fowler, M.P.H:
"En promedio, por cada soda de dieta que nuestros participantes bebieron diariamente, fueron 65 % más propensos a tener sobrepeso durante los próximos siete u ocho años, y 41 % más propensos a padecer obesidad".
Este descubrimiento sustenta un estudio realizado en el 2004 en la Universidad de Purdue, que encontró que las ratas alimentadas con líquidos endulzados artificialmente consumían alimentos más altos en calorías, en comparación con las ratas alimentadas con líquidos endulzados altamente calóricos.7
Los investigadores creen que la experiencia de beber líquidos endulzados artificialmente altera la capacidad natural de los animales para compensar las calorías alimenticias.
Un muy reciente análisis, publicado en junio del 2010 en la revista Yale Journal of Biology and Medicine, profundiza en la neurobiología del antojo de azúcar y resume la evidencia epidemiológica y experimental sobre el efecto de los endulzantes artificiales en el peso.8
El autor declara:
"Varios estudios prospectivos de cohortes a gran escala encontraron una correlación positiva entre el uso de endulzantes artificiales y un aumento de peso.
... Generalmente, los experimentos de precarga han encontrado que el sabor dulce, ya sea obtenido a través del azúcar o endulzantes artificiales, aumenta el apetito en los humanos. El agua endulzada con aspartame--no las pastillas de aspartame--aumenta el nivel de apetito subjetivo en los hombres adultos con peso normal...
A diferencia de la glucosa o sacarosa, que disminuyeron el consumo de energía en la prueba de alimentos, las precargas de endulzantes artificiales, ya sea, tuvieron un efecto o incrementaron el consumo de energía subsecuente.
Estos descubrimientos sugieren que el contenido calórico en los endulzantes naturales podría desencadenar una respuesta para mantener un constante consumo total de energía.
... Cada vez más evidencia sugiere que los endulzantes artificiales no activan los procesos de recompensa alimenticia de la misma manera que lo hacen los endulzantes naturales... Además, los endulzantes naturales y artificiales activan la zona gustativa de manera diferente.
... Por último, debido a que los endulzantes artificiales son dulces, estimulan los antojos y dependencia al azúcar.
... Es posible que desendulzar la alimentación mundial sea la clave para revertir la epidemia de obesidad".
Probablemente, esta última afirmación sea la conclusión más precisa que existe. En particular, los habitantes de los Estados Unidos, son adictos a los sabores dulces, que parecen activar una compleja serie de sistemas biológicos, procesos y mecanismos, que finalmente, ocasionan un excesivo aumento de peso, ya sea que ese sabor este cargado de calorías o no lo este.
Al final, la investigación nos indica que los endulzantes artificiales no son nada más que una utopía en relación a ser una fuente de ayuda para una persona que lleva una dieta, porque al contrario de lo que sostienen las campañas de marketing, los endulzantes artificiales bajos en calorías o sin calorías, son más propensos a ayudarle obtener más libras que a eliminarlas.

El Aspartame y el Parto Prematuro

Uno de los más recientes estudios publicados sobre los efectos del aspartame en la salud, podría comparar a la empresa Ajinomoto con el suceso del Titanic al chocar con el iceberg...
Un estudio danés publicado en junio, en el que participaron más de 59 000 mujeres danesas, encontró que consumir diariamente sodas endulzadas artificialmente puede aumentar hasta en un 78 % el riesgo de parto prematuro.9
De acuerdo con un reciente artículo en British MailOnline, ahora, algunos expertos británicos en salud pública aconsejan a las mujeres embarazadas evitar alimentos y bebidas que contengan aspartame para proteger a sus fetos, ya que un parto prematuro expone al bebé a una serie de riesgos para la salud—así como unos extraordinarios costos al obtener este tipo de atención médica.
En los Estados Unidos, los cuidados intensivos neonatales para un bebé nacido prematuramente; es decir, antes de la semana 37 de embarazo, pueden costar entre US$ 20 000 y US$ 100 000.
Los investigadores encontraron que las mujeres embarazadas que bebían un promedio de solo una soda de dieta diaria aumentaron un 38 % su riesgo de entrar en labor de parto antes de la semana 37.
Beber cuatro o más sodas de dieta diarias aumenta en un 78 % el riesgo de parto prematuro.
Mientras tanto, no se encontró ninguna conexión entre las bebidas azucaradas y el parto prematuro.
Como de costumbre, los investigadores piden más estudios para confirmar estos resultados, y por mi parte, espero que estos estudios se realicen de manera que, con el tiempo, podamos observar un cambio en las recomendaciones de nuestros organismos de salud, especialmente en lo que se refiere a las mujeres embarazadas.

¿El Aspartame Causa Cáncer?

La FDA, los medios de comunicación, y casi todos los "expertos" médicos le dirán que no es así, al citar pruebas tales como la del "estudio" del 2006 del Instituto Nacional de Cáncer en los Estados Unidos, en el que participaron más de 560 000 personas, entre las edades de 50 a 69 años.10
Lo que no dicen es que este NO fue un estudio controlado.
De hecho, incluso no debería denominarse estudio, ya que los verdaderos estudios son controlados.
Era un SONDEO, basado en encuestas, sobre el consumo de alimentos y bebidas, realizadas entre el '95 y '96.
Con base en estos cálculos aproximados de la autoevaluación de los participantes acerca de lo que comían y bebían, los investigadores calcularon la cantidad de aspartame que habían consumido los participantes, y lo compararon con las subsecuentes tasas de cáncer en los siguientes cinco años.
Sin embargo, parte de ser un mero sondeo, que de ninguna manera puede determinar la causa, hay dos factores evidentes que hacen que sea muy difícil darle crédito en lo absoluto:
  1. En 1995 había una cantidad mucho menor de alimentos y bebidas que contenían aspartame, por lo que posiblemente consumirlo tenía una incidencia mucho más baja en ese entonces, en comparación con el presente, y
  2. ¿Cuántas personas—en especial en aquel entonces—leían realmente las etiquetas para determinar si algún producto contenía aspartame o no? Después de todo, las obsoletas encuestas alimenticias que los investigadores utilizaron NO fueron recolectadas específicamente para determinar el consumo de aspartame.
Algunas personas se burlan de los estudios en animales, pero hay razones para utilizar animales en vez de los humanos en los estudios controlados.
En primer lugar, en muchos casos utilizar seres humanos sería simplemente no ético, pero también la esperanza de vida humana es tan larga que un estudio controlado sería muy poco práctico.
Esta es una razón importante para utilizar ratas, ya que su esperanza de vida es mucho más corta.
Muchos investigadores realizan la eutanasia a los animales después de un tiempo determinado; pero otros, como el Dr. Soffriti--del Centro de Investigación del Cáncer Cesare Maltoni de la Fundación Europea Ramazzini-- hasta el momento, ha realizado dos estudios seguros y controlados sobre el aspartame en ratas en el que estas son observadas en el transcurso natural de su vida.
¿Qué fue lo que descubrió?
El primer estudio encontró que después de haber sido alimentadas diariamente con el equivalente humano de cuatro a cinco botellas de soda de dieta, las ratas desarrollaron altas tasas de linfomas, leucemias y otros tipos de cáncer.
En el nivel de dosis más alta, el 25 % de las ratas hembras desarrollaron linfomas-leucemias, en comparación con solo el 8.7 % de los individuos de control.
Sus descubrimientos, los cuales levantaron una tormenta de controversia y negación alrededor del mundo, se publicaron en Environmental Health Perspectives, en el 2006.11
Los investigadores determinaron que el efecto cancerígeno del aspartame fue tan bajo como 400 partes por millón (ppm), concluyendo que:
"Los resultados de este mega experimento indican que APM [aspartame] es un agente cancerígeno multipotencial, incluso a una dosis diaria de 20 mg/kg de peso corporal, una cantidad mucho menor que el nivel actual de consumo diario aceptable.
Con base en estos resultados, es urgente realizar, y no aplazar, una reevaluación de las presentes directrices sobre el uso y consumo de APM".
Aquí, un hecho muy importante a considerar es que la Fundación Ramanizzi es una institución independiente, sin fines de lucro, que se ha dedicado a la prevención del cáncer durante más de 35 años.
Como era de esperar, los resultados atrajeron la crítica masiva por parte de la industria. Pero la Fundación Ramanizzi se negó a ceder. Laleva.org informó la respuesta de la Fundación:12
"... Previamente, hace más de 20 años, los productores del endulzante artificial realizaron estudios cancerígenos a largo plazo sobre el aspartame (en total 4), al utilizar un pequeño número de animales por sexo y grupo. Los resultados de estos estudios sirvieron de base para la opinión actual en relación a los efectos no cancerígenos del aspartame.
En respuesta a las observaciones del panel AFC (Aditivos Alimentarios Y Contaminantes), Soffriti señaló que "lo que el panel considera deficiencias en el estudio, en realidad son características distintivas y positivas de nuestro protocolo de investigación, una investigación que ha proporcionado la base científica de los cambios en las regulaciones internacionales en numerosas ocasiones, durante los últimos 30 años".
Por ejemplo, la Fundación Europea Ramazzini realiza lo que se conoce como mega experimentos de período de vida, lo que significa que, a grandes grupos de roedores se les permite vivir su ciclo de vida natural, y son examinados los cambios histopatológicos por causa de muerte espontánea. Este modelo contrasta con la mayoría de los laboratorios, donde los roedores son sacrificados a las 110 semanas de edad (lo que representa aproximadamente 2/3 de su esperanza de vida).
El diseño del estudio Ramazzini refleja fielmente la condición humana en la que las personas pueden estar expuestas a agentes en entornos industriales y generales desde su desarrollo embrionario hasta su muerte natural. "Dado que el 80 % del cáncer es diagnosticado en los seres humanos mayores de 55 años, es de suma importancia observar cómo un agente afecta a los animales de laboratorio en el último tercio de su vida", señala Soffriti".
Pero la historia no termina allí.
Dos años después, en el 2007, la Fundación Ramanizzi publicó un estudio de seguimiento—que de nuevo señalaba la relación entre el cáncer y el aspartame.
Esta vez, su investigación ha resaltado el preocupante descubrimiento de que cuando la exposición comienza en el útero, los efectos cancerígenos del aspartame se incrementan aún más.13
Sin embargo, la evidencia aún no ha obtenido ningún apoyo.
FoodNavigator.com informó que el portavoz de la FDA, Michael Herndon declaró a Reuters: "En este momento, la FDA no encuentra ninguna razón para modificar su conclusión anterior de que el aspartame es seguro como endulzante alimenticio de uso general".14
Un obstruccionismo en su máxima expresión...
Por esta razón, debe convertirse en un consumidor informado. La FDA simplemente se niega a abordar e investigar adecuadamente esta posible amenaza para su salud.

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