Recuerda que tu percepción del mundo es un reflejo de tu estado de conciencia. No estás separado del mundo, no hay un mundo objetivo ahí afuera. Tu conciencia crea el mundo que habitas en cada momento.
Una de las grandes comprensiones aportadas por la física moderna es la de la unidad entre el observador y lo observado: la persona que dirige el experimento -la conciencia observante- no puede separarse del fenómeno observado, y si miras de otra forma, el fenómeno observado se comportará de manera diferente.
Si crees, a nivel profundo, en la separación y en la lucha por la supervivencia, entonces verás esa creencia reflejada a tu alrededor por todas partes, y tus percepciones estarán gobernadas por el miedo.
Nada es lo que parece ser. El mundo que creas y ves con la mente egoísta puede parecer un lugar muy imperfecto, incluso un valle de lágrimas. Pero lo que percibes es sólo una especie de símbolo, como la imagen de un sueño. Así es como tu conciencia interactúa e interpreta la danza de la energía molecular del universo.
Esta energía es la materia prima de la llamada realidad física. Ves la realidad física en términos de cuerpos, de vida y de muerte, o como una lucha por la supervivencia. Caben una cantidad infinita de interpretaciones diferentes de mundos distintos, que de hecho existen, y todos ellos dependen de la conciencia perceptora. Cada ser es un punto focal de conciencia, y cada punto focal crea su propio mundo, aunque todos están interconectados.
Nuestro mundo humano colectivo se crea, en gran medida, por medio del nivel de conciencia que llamamos mente. Incluso dentro del mundo humano hay grandes diferencias, hay muchos “submundos” diferentes, que dependen de los perceptores o creadores respectivos.
“Todos los mundos están interconectados, cuando la conciencia colectiva humana se transforme, la naturaleza y el mundo animal reflejarán esa transformación.” (Eckhart Tolle)
EL PROCESO DE OBSERVACIÓN COMIENZA CON LA PALABRA
Las experiencias que tienes son simplemente proyecciones con precisión en un millar de formas de las respuestas exactas a las vibraciones que emites. Resumiendo, todo lo que te sucede es un Homólogo Vibratorio a la vibración actual de tu Ser, y tus emociones son el indicativo de tu estado vibratorio.
Todo Se Inicia por la Palabra; aunque tenga que ser dicha a través de gestos o por el medio y lenguaje que sea… Si miramos más allá veremos que el mismo Dios no está exceptuado de tal Método para alcanzar lo que quiere alcanzar: Dispusiera del Poder de que dispusiera, para poner el Universo en marcha hacia La Cosa que Él deseó… tuvo que Nombrar Eso que quería Crear: “Haya Luz”, “Haya Día”, y ‘Haya’ toda Cosa que tenía Idea de ‘hallar’ en el Universo.
Las consecuencias no podrán tardar en manifestarse, pues descubrir que la Palabra va en una dirección diferente de la Idea es descubrir que nuestras fuerzas se han dividido dramáticamente: mientras con una parte nuestra tratamos de Crear algo, nuestra mente está tratando de crear otra cosa, que bien puede ser diferente o directamente opuesta a la que queremos crear. Comenzamos a hablar… y bajo un Orden totalmente oculto (que en principio aparenta puro Caos) se suceden equívocos, olvidos que nada tienen que ver con la Imagen a la que quisiéramos aludir.
“Voy a buscar trabajo.”
¿Qué Instrucción estoy dando al Universo?: la de que ‘Ordene’ todos mis días para que no Encuentre trabajo… sino para que, simplemente, me los pase buscándolo.
“Quiero encontrar un buen marido.”
La única Forma en que puede cumplirse mi Orden… es trayéndome hombres que ya estén casados, es decir: que sean ‘maridos’; y para peor (según las instrucciones que Ordeno) que sean ‘buenos maridos’, que por lo tanto jamás atenderían a otra mujer que no sea su esposa. Es decir: Ordeno que el Universo me traiga hombres… que jamás me atenderían a mí.
“Quiero que mi padre deje de gritarme.”
Ordeno al Universo que mi padre, todos los días, me grite…, única Forma en que podrá ‘dejar de gritarme’, en tanto no Ordeno que ‘no me grite’, sino que ‘deje de hacerlo’. Para lo cual, primero tiene que hacerlo.
“Quiero Adelgazar.”
Instrucción que Ordena a mi cuerpo y a todo mi Universo a engordar continuamente…, requisito lógico, inevitable y obligatorio para ‘adelgazar’, lo cual nada tiene que ver con “quiero estar flaco”.
Así como “Quiero curarme” nada tiene que ver con Querer ‘estar sano’, y garantiza organizar un Universo donde vivir enfermándose…, pues es el único modo
de ‘curarse’.
Pregunta: ¿Cuánto tardaré en ver alguna mejoría en mi cuerpo físico? Es decir, ¿cuándo puedo esperar un diagnóstico más satisfactorio?
Aunque es comprensible que todavía te estés haciendo estas preguntas, mientras anhelas una solución rápida para tu desalentador diagnóstico, estas preguntas surgen de la premisa de experimentar la enfermedad y de tu necesidad de una solución. Por lo tanto, tus preguntas van a hacer que te hundas más en la trampa. También revelan tu falta de comprensión respecto a cuál es el poder del Camino, su dirección y su capacidad para concederte las soluciones que estás buscando. Cuando preguntas: « ¿Cuánto tardaré en ver alguna mejoría?», estás preguntando realmente: « ¿Cuánto tiempo estaré en este lugar donde no quiero estar?»
Aunque te parezca que hay poca variación en estas palabras, te aseguro que la diferencia vibratoria es enorme.
La única forma de saber personalmente si tus palabras o pensamientos van ENTRAMPÁNDOTE, en contra o a favor de la salud es sintiendo un alivio visceral. Por ejemplo:
¿Cuánto tiempo tardaré en ver mi mejoría? (En contra de la salud)
Ahora intenta encontrar una pregunta o perspectiva que te ayude a cambiar tu estado de ánimo. Observa tus emociones y procura sentirte mejor con tu nueva afirmación.
Mejorar es un proceso natural. (Hacia la salud)
Cada cosa a su debido tiempo. (Hacia la salud)
La enfermedad siempre se debe a un desequilibrio vibratorio. De cualquier modo significa que la persona tiene una corriente que fluye con mucha fuerza, pero que por alguna razón va en contra de su salud. Cuando las personas reflexionan sobre los problemas del mundo en que viven, la mayoría tienen pensamientos que provocan resistencia porque no suelen ser conscientes de las vibraciones que hay en su interior. Hasta los bebés están bajo la influencia de estas vibraciones mientras intentan aclimatarse a su entorno.
Es bastante habitual esperar hasta que se nos han agotado las opciones de actuar para intentar sintonizar con su Energía. Y entonces, cuando llega la recuperación simplemente se trata de la sintonización de pensamientos, vibraciones y Energía.
En otras palabras, cuanto más enferman las personas, más cohetes de deseo lanzan a su Depósito Vibratorio para lograr su recuperación, pero a medida que la Corriente se mueve con mayor rapidez y su Ser Interior los llama con más fuerza hacia la expansión del bienestar, si no cambian de sentido y se dirigen hacia el bienestar, siguen enfermando.
FUENTE PARCIAL: Esther Hicks
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