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Dolores de la ESPALDA Parte superior de la espalda (7 vértebras cervicales)
La
parte superior de la espalda corresponde a la región del corazón y al
centro energético cardíaco.Los dolores de espalda se refieren a los
primeras fases de la concepción, a las necesidades de base y a la
estructura más fundamental del ser.Las 7 vértebras cervicales están
particularmente referidas en este sector.Las vértebras cervicales se
refieren a la comunicación y a mi grado de apertura frente a la vida.Mi
ingenuidad puede hacerme vulnerable a este nivel.
Si tengo la sensación que se me quiere juzgar, criticarme o herirme,
podré estar afectado en este plano y tendré tendencia a encerrarme como
una ostra.Las cervicales C1, C2, y C3 están particularmente afectadas si
me desvalorizo al nivel de mis capacidades intelectuales y las
cervicales inferiores reaccionarán a la injusticia que puedo tener la
sensación de vivir en mi vida o a la que veo alrededor mío y que me
repugna.Además, cada vértebra me da las informaciones adicionales sobre
la fuente de mi malestar.
C1 = primera vértebra cervical que se llama el ATLAS y que lleva el número C1, sirve de soporte a la cabeza.
Es un pilar que mantiene la cabeza en equilibrio.
Si me preocupo demasiado (= me rompo la cabeza”) frente a una situación o
a una persona, mi cabeza se hace más pesada hasta darme dolores de
cabeza y C1 podrá tener dificultad en soportar la carga.
Si manifiesto estrechez mental, si rehuso mirar todas las facetas de una
situación, si soy rígido en mi modo de pensar, C1 reaccionará dejando
sus actividades, dejando de poder pivotar.
Estará paralizada por mi miedo, mi desesperación frente a la vida, mi
negatividad, mi dificultad en expresar mis emociones.Un mal estado de C1
se acompaña generalmente de dolores que afectan la cabeza, el cerebro y
el sistema nervioso, etc.
Debo aprender a escuchar mi interior, a guardar mi mente abierta, a
traer más calma en mi vida para disminuir mi actividad cerebral,
permitiéndome así ver la realidad bajo un día nuevo, con más confianza.
C2 = La segunda vértebra cervical trabaja en estrecha colaboración
con C1. Se la llama AXIS. Es el pivote que permite a C1 moverse. C2 está
conectada con los principales órganos de los sentidos, es decir los
ojos, la nariz, las orejas, la boca (lengua).
Por esto estarán afectados éstos cuando C2 tenga un malestar.
Si soy rígido en mi modo de percibir la vida, si rehuso soltar mis
viejas ideas para dejar sitio a lo nuevo, si me preocupo siempre por el
día siguiente, C2 corre el gran riesgo de volverse también rígida.
Frecuentemente, mis lágrimas son secas porque reprimo mis emociones y
que mis penas, mis decepciones, mis pesares quedan hundidos dentro mío.
El “lubricante” (mis lágrimas de pena o de alegría) siendo carente, C1 no se articulará sobre C2 tan fácilmente.
Habrá irritación, calentamiento, igual como en mi vida cotidiana.
Esto se produce particularmente en el caso de la depresión, de una
emotividad excesiva (si por ejemplo, hay un conflicto familiar), de ira,
de revuelta y todo esto siendo generalmente causado por el miedo de ir
hacía delante, de cambiar, de tomar sus responsabilidades; del
enjuiciamiento de los demás y de sí mismo, por la no estima de sí que
puede llevar a un deseo de auto destrucción (suicidio).
Debo aprender a tomar contacto con mis emociones y a asumirlas, a tomar
mi lugar expresando lo que vivo para que el flujo de energía empiece a
circular en mi cuerpo y que C2 pueda volver a funcionar en armonía con
C1 y que todo “bañe en aceite”!
C3 = la Tercera vértebra cervical C3 es una eterna solitaria.
A causa de su posición, no puedo contar con nadie o trabajar en cooperación con otras vértebras.
Si mi C3 no se encuentra bien, yo también puedo tener la sensación de que debo despabilarme solo.
También puedo replegarme sobre mí mismo, vivir “en mi burbuja” y evitar
toda forma de comunicación (tanto oral como sexual) con mi entorno.
“¿Para qué perder mi tiempo? De todos modos, nunca se me hace caso y nunca se entienden mis ideas o mis estados de ánimo!”
Entonces se produce la rebelión, el desanimo, porque mi sensibilidad está afectada en lo más hondo de mí.
Incluso puede apoderarse de mí la angustia.
El desgaste del tiempo hace su labor y mis sueños y mis deseos más queridos se desvanecen poco a poco.
Me vuelvo irritable, amargo con una persona o una situación que no consigo digerir.
La soledad puede tanto ser benéfica para recuperarme, hacer balance, ver
claro en mi vida, como puede ser un medio de huir mis emociones, la
realidad hacía la cual vivo mucha incomprensión.
La elección me incumbe! Tomo nota de que una dolencia en C3 puede
conllevar daños en mi rostro (piel, huesos o nervios) así como en las
orejas y los dientes.
C4, C5, C6 = las vértebras cuarta, quinta y sexta cervicales C4, C5,
C6 se ubican al nivel de la tiroides y están en estrecha relación con
ésta.
Ésta juega un papel mayor en el lenguaje, la voz, (cuerdas vocales) y
cualquier desarmonía en lo que a comunicación se refiere tanto cuando me
expreso yo como cuando otras personas me comunican hará que reaccionen
C4, C5 y C6. Puede que me haya ofuscado con lo que haya oído, causando
indignación e ira. C4, C5 y C6 reaccionan aún más fuerte si además no
expreso mis opiniones, mis frustraciones.
Mi porcentaje de agresividad corre el riesgo de incrementarse, lo cual
cierra los canales de comunicación al nivel de estas 3 vértebras
cervicales.
Trago mal lo que a mí se me presenta.
Tengo tendencia a rumiar ciertos acontecimientos para un largo período de tiempo.
Frecuentemente aparecen dolencias y dolores que afectan todo mi sistema
de comunicación verbal: boca, lengua, cuerdas vocales, faringe, etc. y
todas las partes de mi cuerpo que se sitúan entre el nivel de mi boca y
de mis hombros pueden estar afectadas.
Tengo ventaja en aceptar que cada experiencia es una oportunidad de
crecer y que hay una lección por sacar de todo. Debo dejar fluir en vez
de obstinarme y de estar enfadado con la vida.
Sino, mi cabeza se pone a “hervir” y me siento sobrecargado por todas
las tareas que realizar y que me parece no poder llegar a realizar.
Necesito expresarme, o bien por la palabra, la escritura, la música, la
pintura, o cualquier otra forma de expresión que me permitirá “volverme a
conectar” con mi creatividad, mi belleza interior.
Todos mis sentidos entonces estarán estimulados, activados, lo cual
activará mi tiroides y permitirá que C4, C5 y C6 funcionen normalmente.
Los dolores sentidos en esta región podrán así desaparecer.
C7, la última vértebra cervical C7 está influenciada altamente por
todo mi lado moral, mis creencias y mi lado espiritual también. Si vivo
en armonía con las leyes de la naturaleza, si escucho los mensajes que
mi cuerpo me manda y la vida en general, C7 va a funcionar mejor.
Al contrario, si vivo ira, si estoy cerrado a las opiniones y a los
modos de ver de las personas con quienes me relaciono, si me elevo y me
enfrento con otras ideologías diferentes de la mía sin una mente
abierta, C7 reaccionará fuertemente y podrá afectar mis manos, codos y
brazos que podrán inflamarse o tener dificultades en moverse.
El funcionamiento de mi tiroides estará afectado.
Del mismo modo, remordimientos de consciencia con relación a una palabra
dicha, un acto hecho o un pensamiento mandado hacía una persona también
van a afectar C7. Si vivo emociones intensas en mi vida, si estoy
decepcionado, si tengo miedo de estar rechazado, si me escondo debajo de
mi concha para evitar estar herido “otra vez”, C7 podrá estar afectada.
Debo aprender a discernir lo que es bueno para mí y lo que no lo es.
Debo respetar los puntos de vista de cada persona incluso si son diferentes de los míos.
Abriendo mis brazos a los demás es como voy a aprender mejor y podré
realizar mejor las elecciones que me permitirán sentirme más libre.
Dolores de la ESPALDA parte central de la espalda (12 vértebras dorsales)
La
parte central de la espalda representa la gran región torácica del
cuerpo comprendida entre el corazón y las vértebras lumbares.
Es una región de culpabilidad emocional y afectiva. Las 12 vértebras dorsales se relacionan principalmente con esta región:
D1 = la primera vértebra dorsal D1 puede reaccionar fuertemente
cuando voy hasta mis límites bien sea en mi trabajo, bien sea en el
deporte, en suma, en todas las situaciones en que voy hasta el final de
mis fuerzas mentales, físicas o emocionales.
No aprecia tampoco un “dopaje” que sea bajo forma de alcohol o de droga,
la que sea. Su sensibilidad en ese momento estará a flor de piel.
Me construyo entonces medios de auto protección para protegerme de mi entorno y evitar estar herido.
Esto puede manifestarse sobre todo en mis gestos o en mis palabras: por
ejemplo, tiendo a apartar a los demás por mi frialdad o por palabras
hirientes.
Esto puede incluso manifestarse por una toma de peso importante, éste
siendo mi protección natural y física, porque quiero inconscientemente
“ocupar más sitio” y dejar menos a los demás.
También esto puede esconder timidez actual y con la cual tengo dificultad para transigir.
Se pondrá aún más en evidencia si temo perder el amor de la gente.
Debo vigilar y evitar acurrucarme sobre mí mismo rumiando negatividad
constantemente, siendo siempre fijado en las mismas ideas y
frustraciones.
Un mal estado de D1 puede traer dolencias en cualquier parte de mi
cuerpo situada entre mis codos y la punta de mis dedos así como
dificultades respiratorias (tos, asma, etc.)
D2 = la segunda vértebra dorsal D2 reaccionará fácilmente cuando mi emotividad esté afectada.
Si acumulo y ahogo mis emociones, entonces D2 me mandará un mensaje y aparecerá el “dolor de espalda”.
Si tengo la sensación de que no tengo mi lugar en la vida y en la
sociedad, que la vida es “injusta” y que me siento víctima de los
acontecimientos, D2 estará afectada.
Puedo ser particularmente sensible a todo lo que toca a mi familia, y
vivo situaciones de conflicto o desarmonía de un modo intenso.
Puedo haber almacenado viejos rencores.
También puedo remover constantemente experiencias pasadas, recuerdos,
queriendo fijar mi realidad en acontecimientos pasados en vez de mirar
el porvenir con confianza y viviendo intensamente el momento presente.
Puedo contemplar una nueva situación que me trae un miedo a lo
desconocido.
¿Voy a tener demasiadas responsabilidades? ¿Voy a estar sostenido o
deberé despabilarme solo? ¿Cómo van a reaccionar la gente alrededor mío?
Si dudo de mí, de mis capacidades, podré reaccionar jugando el papel de
los “duros de roer” volviéndome muy autoritario; tendré así la sensación
de controlar la situación, sabiendo muy bien que tiemblo de miedo,
yendo incluso hasta tener angustia.
También puedo volverme irritable frente a una persona o un suceso y reacciono por saltos de humor.
Una D2 en mal estado suele estar acompañada de malestar y dolores en el
corazón y los órganos que se vinculan a ellos, así como a los pulmones.
Aprendo a pedir y a hacer confianza en mi capacidad de aceptar nuevos retos.
Suelto mi pasado y me giro hacía el futuro sabiendo que ahora soy capaz
de tomar mi lugar en armonía con mi entorno. Puedo también leer la
sección referente al corazón para tener otras pistas.
D3 = la tercera vértebra dorsal D3 está esencialmente relacionada con los pulmones y el pecho.
Puedo ir a consultar lo referente a estos dos temas para ver cuáles son
las causas que pueden afectarles y tendré una pista para saber porqué D3
me manda también mensajes.
Además, todo lo que puedo percibir por mis sentidos y que no me conviene del todo hará reaccionar D3.
Ya que soy muy sensible a mi entorno, me he confeccionado un sistema con
el cual sé lo que está bien y lo que está mal, lo que es aceptable o
no.
Puedo estar fijado y rígido en mi modo de pensar o ver las cosas.
Tengo tendencia a juzgar cualquier persona o situación que no entre en mi definición de “correcto”.
Puedo reaccionar fuertemente frente a lo que considero ser una
“injusticia”. Incluso puedo volverme colérico, incluso violento mientras
no esté de acuerdo con lo que veo, percibo u oigo.
También puedo construirme un “escenario” en mi cabeza, disfrazando la
realidad, frecuentemente a causa de mi miedo a ver la realidad de frente
y también porque la realidad que me rodea me deprime.
Entonces, tengo menos gusto de vivir, ya no tengo el sentimiento de estar en seguridad.
Puede invadirme la tristeza.
Ya no tengo el gusto de luchar.
La depresión se va apoderando de mí progresivamente, y querré cortarme
de este mundo que sólo me trae pena, frustración, ansiedad.
Debo aprender a ver la vida bajo un nuevo día.
Aceptar que no pueda vivir en un mundo perfecto pero que cualquier
situación es perfecta porque cada situación me permite sacar una
lección.
D4 = la cuarta vértebra dorsal D4 se refiere a los placeres, a los deseos, a las tentaciones frecuentemente insatisfechos.
A veces mis esperas son desmesuradas, carecen incluso de realismo y me
vuelvo irritable, colérico porque “mis deseos” no están realizados.
Estoy enfadado con la vida, mi entorno.
En el fondo de mí, siento un vacío tan grande, generalmente afectivo,
que tengo tendencias depresivas y el único modo que conozca de
equilibrar este estado de ser y traer algo “picante” en mi vida será
crear un estado de excitación, bien sea naturalmente o artificialmente.
Puedo practicar deportes de emociones fuertes (paracaidismo, alpinismo,
etc.) o puedo tomar drogas para ponerme en un estado de éxtasis y de
bienestar temporal.
Me refugio así en un mundo imaginario, protegido de todos.
Sin embargo, no estoy al albergue de las emociones que he inhibido y de las cuales he intentado escapar.
En apariencia puedo ser muy libre, pero en realidad, estoy encarcelado
en mi ira, mis penas, mis frustraciones, y por mi miedo a estar
asfixiado por el amor de los demás, porque nunca supe reconocerlo y
aceptarlo.
Entonces, tengo tendencia a rechazar a los demás.
Me opongo, me mantengo distante y alimento esta cuneta con mi mal humor, mi actitud depresiva.
Es importante que reconozca y que acepte mis emociones para poder
integrarlas y permitirme vivir plenamente mi vida. Cuando D4 está
afectada, también puede seguir una dificultad con la vesícula biliar.
D5 = la quinta vértebra dorsal D5 está tocada cuando me vuelvo a
encontrar en una situación en que tengo la sensación de perder el
control.
Me siento entonces desestabilizado.
Incluso puedo hallarme en un estado de pánico.
Esto se produce en particular en el plano afectivo con relación a mi cónyuge, un miembro de mi familia, un amigo cercano, etc.
Este control se esconde a veces bajo una apariencia de “querer ayudar a
alguien”, “guiarlo”, “ayudarle en sus dificultades”, pero en el fondo de
mí, ejerzo un control para con esta persona, estando en posición de
“fuerza” incluso inconscientemente.
Si las cosas no suceden como lo deseo, puedo volverme frustrado,
crítico, impaciente e incluso colérico, y D5 reaccionará violentamente.
Quiero darme una imagen de “duro de roer” que tiene la “espalda ancha” y que “es capaz de cargar”.
Pero, en el fondo, sé que me cargo demasiado los hombros, lo cual me
lleva a estar inseguro, angustiado, en rebelión contra mi entorno que
hago responsable de mi malestar.
Tengo grandes ambiciones, lo cual me hace a veces apartarme de mis valores profundos y actuar en contradicción con éstas.
Entonces, me echo en relaciones artificiales con la gente, viviendo
decepción tras decepción, porque el amor verdadero, sencillo, no es
bastante presente.
Es importante que esté a la escucha de mi interior, que tome contacto
con mi esencia, con mis verdaderos valores para que vuelva la calma en
mi vida y que vea claro en los acontecimientos, desarrollándome y siendo
capaz de vivir el amor verdadero.
Se debe observar que el mal estado de D5 frecuentemente está acompañado
de diversos malestares afectando mi hígado y mi circulación sanguínea.
D6 = la sexta vértebra dorsal D6, va a reaccionar cuando me critico y que me juzgo severamente.
Puedo haber estado educado en un entorno muy estricto en el cual los
valores y las líneas de conducta debían seguirse al pie de la letra.
Habiendo crecido en este clima autoritario y no permisivo, ahora puedo
tener “casos de consciencia” en los cuales quisiera darme gusto, coger
tiempo para mí pero juzgo que esto no es “correcto” y “ que no me lo
merezco”.
Me creo preocupaciones inútilmente porque no dejo de analizar cada uno
de mis gestos, cada una de mis palabras, cada uno de mis pensamientos,
para estar seguro de que “estoy correcto”.
Me corroe la culpabilidad por dentro.
La angustia está muy presente y me auto castigo cortándome del mundo.
Tengo dificultad en aceptarme.
Me siento víctima de la vida, impotente frente a los acontecimientos.
Juzgo severamente éstos sin querer aceptar que están aquí para hacerme
crecer, pero viéndoles preferentemente como castigos, injusticias.
Vivo entonces en la frustración y la incomprensión, el resentimiento, envidioso y celoso de los demás.
Por esto una D6 en mal estado se suele acompañar de malestar al nivel del estómago.
Tengo necesidad de estar más flexible y permisivo para conmigo y aprendo
a ver positivo en cada acontecimiento, sabiendo que cada experiencia me
lleva a conocerme más y a volverme mejor.
D7 = la séptima vértebra dorsal D7 es una trabajadora de trabajos forzados.
Si en mi vida, me empujo al límite en las cosas que debo hacer, sin
escuchar mi cuerpo cuando necesita descansar o relajarse, D7 va a echar
un grito de socorro.
Es posible que así quiera olvidar o huir a alguien o una situación cualquiera.
Puede que quiera olvidar mis problemas financieros, afectivos, etc.
Parándome, es muy posible que afloren el desánimo y la insatisfacción frente a mi vida, cosa que no quiero.
Acumulo mucha ira y agresividad: todo ruge adentro mío porque “la vida no tiene nada bueno para ofrecerme”.
Me obstino, incluso me bloqueo sobre ciertas ideas que me obsesionan.
Debo aprender a apreciar lo que tengo y lo que soy y ver toda la abundancia que es presente en mi vida.
Tengo el derecho de tomar tiempo para mí, tengo el derecho de vivir
emociones en vez de dejarlas hervir adentro mío. Me concedo el derecho
de vivir mi pena, mi decepción, mis miedos porque es así como podré
aceptarlos y cambiarlos en positivo.
Puedo hacer mi limpieza interior a medida y dejar que D7 funcione normalmente.
Es así como los males que acompañan frecuentemente una D7 en mal estado y
que tocan frecuentemente el páncreas y el duodeno podrán también irse.
D8 y D9 = las octava y novena vértebra dorsal D8 & D9 que hallo a
la altura del diafragma y que están estrechamente vinculadas, se
parecen en todo.
Por esto, se tratan juntas.
Se afectan principalmente cuando vivo inseguridad debido a un miedo que
tengo de perder el control en una situación o con una persona.
Me siento más seguro de mí cuando dirijo perfectamente todos los
aspectos de mi vida, cuando orquesto perfectamente cualquier situación
para saber exactamente qué debo esperar.
Me escondo en mi burbuja de cristal, sin hacerme preguntas ni hacer esfuerzos para cambiar lo que sea en mi vida.
Vivo todas mis emociones “para dentro”.
Pero este “supuesto equilibrio” está trastornado, D8 y D9 asustadas
reaccionan fuertemente, acurrucándose de miedo. La desesperación puede
tener lugar y tengo el mal de vivir.
Tengo dificultad en ver la luz al final del túnel.
Puedo sentir desprecio por la vida y me dirijo hacía un abismo que sólo
puedo vencer haciendo confianza en la vida y dejando ir el control que
ejerzo.
Porque es soltando cuando gano el dominio de mi vida.
Tomo nota que una D8 lastimada puede acompañarse de dolores del
diafragma y el bazo (incluyendo los trastornos de la sangre) mientras
que D9 en mal estado estará acompañada de alergia o de un mal
funcionamiento de las glándulas suprarrenales o de urticaria.
D10 = Cuando la décima vértebra dorsal D10 está afectada, esto suele
reflejar una profunda inseguridad frente a la cual me siento sin armas,
sin recursos. Mi confianza está en su nivel más bajo y necesito “un
pequeño tónico” para ayudarme a darme más valor y a olvidar mis
preocupaciones.
Frecuentemente, esto puede ser un consumo más grande de alcohol o de
droga que de costumbre que me dará “un pequeño estímulo”. Sin embargo,
cuando vuelvo a mi estado normal, las inseguridades aún están presentes y
mi vida se oscurece porque sólo veo el lado negativo de las cosas.
Lo veo todo en negro, rechazando la vida, compadeciéndome de mi mismo.
Estoy preocupado por pequeñeces y me enfado sin ser capaz de
manifestarlo sin embargo, lo cual afecta mi sensibilidad que vuelve a
flor de piel y que hace que me irrito por futilidades. Una D10 en mal
estado se acompaña frecuentemente de dolores en los riñones, reconocidos
como la sede del miedo.
Aprendo a hacerme confianza y aprendo a ver la belleza alrededor mío y la que existe dentro mío.
Tengo el valor de pedir ayuda.
D11 = las anomalías en la onceava vértebra dorsal D11 se hallan
también cuando mi sistema nervioso tiene dificultad en funcionar.
Mi gran sensibilidad a todos los niveles hace que D11 se desforme porque también desformo la realidad para sufrir menos.
La cambio a voluntad para que sea como quiero. Me “corto” voluntariamente de mi entorno.
Pero esto sólo puede durar cierto tiempo y debo pronto o tarde enfrentar
la realidad. En ese momento, una tensión interior se habrá instalado, y
tendré dificultad en transigir con ella.
Esto puede volverse tan insoportable que incluso puedo tener ideas de
suicidio ya que vivo en la incomprensión y que tengo miedo del porvenir
porque me siento impotente en cambiar las cosas en mi vida. Me considero
“víctima”, herido en mis sentimientos.
Rumio lo negativo y hago pocos esfuerzos para sacarme de esta situación.
Debo aprender a moverme e ir hacía delante en vez de estancarme en un estado de ser comatoso y complacerme en la pasividad.
Las dolencias en la D11 se acompañan frecuentemente de dolores en los
riñones así como de enfermedades de piel (eczema, acné, etc.).
Empiezo a creer también que es posible cambiar cosas en mi vida pero que debo estar listo para invertir esfuerzos y pedir ayuda.
D12 = la doceava vértebra dorsal D12 está afectada sobre todo cuando vivo en un lugar cerrado.
Tengo tendencia a criticar, juzgar, saltar fácilmente a conclusiones, no
porque haya comprobado sino solamente porque mis observaciones pueden
darme falsas impresiones y que las interpreto a mi modo.
Esto me lleva a vivir mucha ira que me “roe interiormente”.
Mi mental es muy activo.
Mi sensibilidad está “a flor de piel”.
Me construyo castillos de arena.
Me invento todo tipo de escenarios.
Ya que tengo dificultad en transigir con mi entorno, vivo mucha inseguridad.
Puedo entretener ideas mórbidas, ya incapaz de absorber lo que sea de lo
que veo, siento o percibo y envidiando lo que tienen los demás.
Una afección en el nivel de la D12 se acompaña frecuentemente de males
intestinales, dolores en las articulaciones, una circulación linfática
deficiente y así a veces afecciones en las trompas de Falopio.
Aprendo a comunicar, a ir a comprobar con las personas relacionadas para
eliminar la duda y la inseguridad que me habitan. Así veo más claro en
mi vida y se establecen en mí la calma.
Tanto es así que los dolores en medio de la espalda son la señal
clara de una relación difícil con la vida y las situaciones de mi
existencia.
Esta región de la espalda corresponde también al movimiento de
exteriorización de la energía de vivir que fluye por mí. Esto significa
que en período de madurez interior (cuando adquiero experiencia), varias
cualidades divinas tales como la confianza, el amor, el desapego (es
decir el libre albedrío) sobre todo en el plano afectivo) están puestas a
prueba.
Mis dolores de espalda e incluso la espalda curvada pueden significar
diversas cosas: culpabilidad en unas situaciones en que no me he de
sentir culpable, amargura o una débil confianza en mí vinculada a una
vida que siento muy pesada por llevar.
Puedo tener la sensación de que “están siempre pegados a mi espalda”.
Si tengo dolor de espalda, esto denota un gran sentimiento de
impotencia, frente a una situación presente difícil de tratar y en la
cual necesitaría ayuda. La desesperación puede aparecer porque no me
siento bastante apoyado en el plano afectivo y padezco también
inseguridad.
Tengo tendencia a retener mis emociones y vivo mucho en el pasado. Me quedo vinculado a dicho pasado.
Me siento inestable y ansioso.
El objetivo por alcanzar reside en una expresión más activa de la energía divina.
Necesito ser transparente en todo, conmigo mismo y los demás, dejando de
transportar sentimientos de un pasado cojo para dar paso a un aquí y
abajo tranquilo y sereno.
Necesito ayuda y ánimo, conectarme con mi ser interior que vela sin cesar sobre mí.
Mi cuerpo me da señales importantes.
No hay vergüenza ninguna en pedir ayuda.
Al contrario, es un signo de inteligencia ya que esta ayuda me permite ir hacía delante.
Veo importancia en mi propia identidad y soy prudente con mi ego y mis miedos.
Aprendo a comunicar con mi ser interior por la meditación y la contemplación; con él hallaré muchas soluciones y respuestas.
Estar conectado con mi ser interior, es elegir vivir mejor las situaciones de la vida.
Dolores de la ESPALDA parte inferior de la espalda (5 vertebras lumbares)
Frecuentemente
confundida con los riñones y comúnmente asociada al dolor de riñones,
esta área se sitúa entre la cintura y el coxis.
Es una parte del sistema de sostenimiento.
Dolores en esta región manifiestan la presencia de inseguridades materiales (trabajo, dinero, bienes) y afectivas.
“Tengo miedo de carecer de…!” “Nunca lo conseguiré!”, “ Nunca conseguiré
realizar esto!” expresan bien los sentimientos interiores vividos.
Estoy tan preocupado por todo lo material que siento tristeza porque hay un vacío y este vacío me duele.
Incluso puedo fundar mi valor personal en el número de bienes materiales que poseo.
Vivo una gran dualidad, porque deseo tener tanto la “calidad” como la
“cantidad”, tanto en lo que a relaciones interpersonales se refiere como
a lo que poseo.
Tengo tendencia a tomar demasiadas cosas sobre mis hombros y tengo tendencia a dispersar mis energías.
Intento hacerlo todo para ser amado y me entretengo con la opinión que tienen de mí los demás.
También puede tratarse de una inquietud frente a una u otras personas.
Estoy preocupado por ellas y quizás tengo tendencia en “coger los problemas de los demás sobre la espalda” y querer salvarlos.
Mi impotencia frente a ciertas situaciones de mi vida me vuelve amargo y rehuso someterme, pero tengo miedo.
Este sentimiento de impotencia que puede llevarme hasta la rebelión, podrá conducirme a un “lumbago” o un “dolor de cintura”.
No me siento sostenido en mis necesidades de base y mis necesidades afectivas.
Tengo dificultad en hacer frente a los cambios y a la novedad que se
presentan a mí porque me gusta sentirme en seguridad en mi rutina y mis
viejas costumbres.
Esto revela frecuentemente que soy inflexible y rígido y que quisiera ser sostenido a mi modo.
Si acepto que los demás puedan ayudarme a su modo, voy a descubrir y tomar consciencia de que tengo el apoyo que necesito.
Así me vuelvo más autónomo y responsable.
Si se trata de un pinzamiento de los discos lumbares, pongo
probablemente demasiado presión sobre mí mismo en hacer cosas para que
me amen.
Ya que se revela necesario un período de reposo, aprovecho para mirar lo
que está sucediendo en mi vida y volver a definir mis prioridades.
Al no sentirme sostenido, me vuelvo rígido (tieso) hacía los demás.
¿Tiendo a culpar a los demás de mis dificultades? ¿Me tomo el tiempo de expresar mis necesidades?
Acepto que me único sostén viene de mí mismo. Volviendo a tomar contacto
con mi ser interior, establezco un equilibrio en mis necesidades y
reúno todas las fuerzas del universo que están en mí.
Estas fuerzas me dan confianza en mí y en la vida porque sé que me traen todo lo que necesito: físico, emotivo, espiritual.
Estoy sostenido en todo momento! Las 5 vértebras lumbares se sitúan en esta área.
L1 = la primera vértebra lumbar L1 está afectada cuando vivo un
sentimiento de impotencia frente a alguien o a algo que no me conviene y
que tengo la sensación de no poder cambiar, que he de soportar.
Entonces, me vuelvo inerte, sin vida, gasto mucha energía con cosas
frecuentemente menores pero las aumento tanto que toman entonces
proporciones catastróficas, lo cual puede incluso hacer aparecer un
sentimiento de desesperación. Puedo vivir inseguridad frente a aspectos
de mi vida, pero no tiene realmente razón de ser.
Quiero controlarlo todo, pero esto no es humanamente posible.
Puedo también vivir conflictos interiores entre lo que quiero hacer y que no me permito.
Esto hace subir en mí frustración, agresividad e ira.
Estos sentimientos endurecen mi corazón si no me libero y amargan mi vida.
Una vértebra L1 en mal estado puede traer enfermedades relacionadas con
las funciones de digestión (intestino y colón) o eliminación
(estreñimiento, disentería, etc.).
Tomo consciencia del poder que tengo para cambiar el curso de mi vida, y
sólo la mía! Vuelvo a establecer mis prioridades para canalizar bien
mis energías.
L2 = El estado de la segunda vértebra lumbar L2 depende mucho de mi
flexibilidad frente a mí – mismo y a los demás. La soledad y la amargura
generalmente causadas por una timidez pronunciada son también factores
importantes que pueden afectar L2.
Soy preso de mis emociones: al no saber como vivirlas y expresarlas, y
al ser éstas a veces vivas y explosivas, pongo máscaras para protegerme y
evitar que se pueda ver lo que sucede en mi interior.
Mi malestar puede hacerse tan grande que quiero “adormecer” mi mal con
bebida, drogas, trabajo, etc. y L2 hará entonces una llamada de socorro.
Tengo tendencia a ver las cosas en negativo y a vivir en un estado
depresivo que veo muy poco porque estoy en un papel de víctima que no me
obliga a pasar a la acción o a cambiar cosas en mi vida. Igual como L1,
un sentimiento de impotencia y también mucha tristeza afectarán L2.
Soy bastante amargo frente a la vida porque estaría supuestamente
disfrutando de los placeres de la vida pero, frecuentemente, no me
autorizo a ello a causa de mis obligaciones o por deber, para mostrar el
buen ejemplo.
Debo aprender que no he de ser perfecto.
A veces puedo sentirme incapaz o impotente frente a una situación.
No he de culparme por ello o estar enfadado; solo he de ser auténtico
conmigo mismo y los demás y expresar simplemente mis penas, mis
alegrías, mis dudas, mis incomprensiones, mis frustraciones para estar
más abierto frente a los demás y para que L2 recupere vida también.
Se debe recalcar que una vértebra L2 en malas condiciones puede
conllevar enfermedades del abdomen, la apéndice o las piernas en donde
podría ver aparecer varices.
L3 = la tercera vértebra lumbar L3 se ve sobre todo afectada cuando
vivo situaciones familiares tensas o tormentosas. Me impido decir o
hacer cosas para no herir y no molestar a los demás.
Pero al hacer esto, me hago daño a mí mismo. Juego el papel de “buen chico” o “buena chica” manifestando una gran flexibilidad.
Pero me vuelvo “bonachón” lo cual me causa frustración, sobre todo si debo poner mis deseos de lado.
Y quizás, también, me ponga de lado, particularmente a causa de mi gran
sensibilidad, sin saber mucho como dichas emociones estarán recibidas.
Me vuelvo “paralizado”, incluso impotente, en mis emociones, en mi
cuerpo, en mis pensamientos, lo cual impide que se manifieste mi
creatividad y todo lo vinculado a ella, en particular la comunicación y
la sexualidad que se quedan “rígidas” y “frígidas”.
Para superar el desánimo, debo tender los brazos hacía los demás y
atreverme a expresar mis emociones para que mi pleno potencial creativo
se despierte y se manifieste.
La mala condición de L3 puede conllevar dolencias en los órganos
genitales, en el útero (en la mujer), en la vejiga o en las rodillas,
tales como la artritis, la inflamación o dolores.
L4 = Cuando la cuarta vértebra lumbar L4 se rebela, es frecuentemente
porque tengo dificultad en transigir con la realidad de todos los días.
Puedo complacerme en un mundo imaginario y esto puede llevarme a vivir
en la pasividad, estando un poco cansado de ver lo que ocurre alrededor
mío.
Se instala cierta dejadez.
“¿Porqué preocuparse de todos modos?”
Sufro los acontecimientos y no los creo, lo cual me puede dejar un sabor
amargo. Igual como L4, necesito protegerme cerrándome porque puedo
fácilmente dejarme distraer o influenciar por lo que me rodea, sobre
todo por lo que la gente pueda decir de mí, y mi sensibilidad puede
estar altamente afectada.
También me rompo la cabeza exageradamente y mi discernimiento está a
veces erróneo o carente porque mi mental es muy rígido, lo cual me
impide tener una visión global de una situación y en consecuencia
soluciones o posibles vías frente a ella.
Entonces quiero controlar en vez de escuchar mi voz interior.
Debo aprender a escuchar ésta para recuperar el dominio de mi vida.
Recupero mi poder de crear mi vía como quiero y recupero el gusto de realizar grandes cosas!
Se debe observar que una vértebra L4 en mal estado puede conllevar
dolores en la región de mi nervio ciático y de la próstata en el hombre.
L5 = Puedo preguntarme lo que sucede en mi vida cuando la quinta vértebra lumbar L5 está afectada.
¿Tendría por casualidad una actitud de desprecio o de pereza frente a una persona o una situación?
Puedo vivir un poco de celos, disgusto, frustración, pero sin embargo ya
tengo mucho, la vida me ha mimado y tengo dificultad en reconocerlo.
Mi vida está teñida de lujuria (en todos los niveles) y debo aprender a
apreciar lo que tengo, y a cultivar mis relaciones interpersonales:
tengo dificultad sobre todo en el plano afectivo a ser auténtico y a
sentirme bien porque en el fondo de mí, vivo una gran inseguridad y
tengo dificultad en expresar lo que vivo.
Por lo tanto, tendré tendencia a ser algo depresivo ya que pasaré
frecuentemente de un cónyuge a otro sin saber demasiado porqué sucede
esto, sintiéndome “correcto” dentro de lo que estoy viviendo.
Inventaré toda clase de guiones y mi atención siempre estará centrada en
los pequeños detalles anodinos, lo cual me impedirá adelantar y pasar a
otra cosa.
Cierta amargura puede ensombrecer mi vida e impedirme disfrutar de ésta.
Aprendo a saborear cada instante que pasa y a apreciar toda la abundancia que forma parte de mi vida.
Un mal estado de L5 puede ocasionarme dolores en las piernas, desde las rodillas hasta los dedos de los pies.
La parte inferior de la espalda también forma parte del sistema del centro del movimiento.
Si tengo dificultad en transigir con la sociedad, tanto desde el punto
de vista de las orientaciones por tomar como del sostén que espero de
ella, puedo vivir frustración o resentimiento.
No quiero “negociar” con ciertas personas o ciertas situaciones.
Mis relaciones personales con mi entorno padecen de ello.
También puedo tener dificultad en aceptar que voy sumando años.
“Me hago viejo” y debo amansar lentamente la noción de mortalidad.
Finalmente, la parte inferior de la espalda está muy estrechamente
vinculada a los dos centros de energía inferiores, el coxis y el segundo
centro de energía que está vinculado más específicamente a la
sexualidad.
Si vivo conflictos interiores o exteriores para con ésta, si he
reprimido mi energía sexual, puede manifestarse un dolor de espalda.
Las 4 vértebras sagradas y las 5 vértebras del coxis están relacionadas con esta región.
Cuando las vértebras sagradas están afectadas, puedo tener la sensación
de que no tengo columna y que necesito a otra persona para sostenerme.
Estoy constantemente “probado” por la vida para ver cuál es mi nivel de integridad y de honradez.
Tengo un enorme potencial pero ¿estoy listo para realizar los esfuerzos necesarios para cumplir mis objetivos?
Las vértebras inferiores son las siguientes:
S1, S2, S3 = Ya que las 3 primeras vértebras sagradas están soldadas juntas, se tratarán juntas.
Constituyen un todo.
Reaccionan con la rigidez que manifiesto, con mi estrechez mental en
relación a ciertas situaciones o ciertas personas, a mi mente cerrada
que rehusa oír lo que los demás han de decir.
Quiero tener el control para sentirme fuerte y en seguridad y, si lo
pierdo, voy a estar enfadado, furioso y puedo tener ganas de “pegar una
paliza” a alguien por estar tan frustrado y lleno de amargura.
Todos estos sentimientos generalmente tienen su origen en mis relaciones
afectivas que no siempre van como lo deseo. La comunicación tanto
verbal como sexual, es deficiente, por no decir inexistente, y estoy
constantemente volviendo a plantear este tema.
Tengo la sensación de tener que nadar a contra corriente y me siento en un callejón sin salida.
Tengo interés en parar un momento y ver claro en mi vida, a reflexionar sobre lo que quiero y edificar una base sólida.
S4, S5 = Todos los deseos tienen su origen en las vértebras sagradas cuarta y quinta.
Si soy capaz de administrarlas bien, si tomo el tiempo de descansar y hacer las cosas que me gustan, S4 y S5 funcionarán bien.
Sin embargo, si vivo culpabilidad, tratándome de perezoso y
confrontándome a mis deberes y mi moralidad, juzgando mi conducta “no
correcta”, S4 y S5 pueden reaccionar fuertemente.
Tengo el derecho de hacer cosas para mí y a veces evadirme pero debo
evitar que esto se vuelva un medio de huida, evitando que me enfrente
con mis responsabilidades.
En ese momento, la pereza puede no estar benéfica: me mantiene en un estado pasivo de cansancio que me impide ir hacía delante.
Por esto, en casos extremos, también estarán afectados mis pies.
El único modo de curar el sacro quebrado o roto, es la inmovilidad física y el tiempo.
El sacro está vinculado al segundo centro energético que se sitúa al nivel de la primera vértebra lumbar.
Un desequilibrio de este centro energético puede aparecer en las
dolencias físicas siguientes: referente a los órganos genitales, puede
haber infertilidad, frigidez o herpes; en cuanto a los riñones:
cistitis, cálculos; en lo referente a la digestión y la eliminación:
incontinencia, diarrea, estreñimiento, colitis, etc.
Las desviaciones de la columna vertebral (escoliosis) nacen generalmente a este nivel y conllevan con ellas dolores de espalda.
El segundo chakra o centro energético, influencia mis relaciones con mi
entorno y un malfuncionamiento de éste, que afecta mi sacro, será el
signo de mi estrés, mis angustias, mis miedos y mi tendencia depresiva
que debo aprender a administrar.
En cuanto al coxis, está vinculado al primer chakra, o centro de energía, sede de la supervivencia.
Representa el fundamento de mi sexualidad, la realización adecuada de
mis necesidades de base (sexualidad, alimento, protección, techo,
amor[2], etc.).
El coxis está formado de cinco vértebras coxigianas que están soldadas
juntas. Representa mi dependencia frente a la vida o a alguien más.
Hay muchas probabilidades de que mi cuerpo me diga que tengo que pararme cuando me duelo el coxis.
Es mi inseguridad la que se manifiesta en relación con mis necesidades
de base, de supervivencia, en particular el hecho de tener un techo,
alimento, vestidos, etc.
El alimento aquí se refiere a las necesidades físicas como emocionales y sexuales.
Cualquier persona necesita amor en su vida.
También necesita comunicación mediante relaciones sexuales con uno o su pareja.
Estas necesidades generalmente se niegan y reprimen, sobre todo a causa
de mis principios morales y religiosos, lo cual me lleva a estar
insatisfecha.
Puedo sentirme entonces impotente en todos los sentidos del término y hay una ira incubando dentro mío.
Quiero huir cualquier situación que hace daño a mi sensibilidad y frente a la cual puedo vivir culpabilidad.
Debo poner mi orgullo de lado, es decir mis miedos.
Debo confiar en la vida y sobre todo hacer confianza en mi capacidad por expresarme y asumirme.
Cuando siento dificultades vinculadas con este aspecto de mí mismo,
compruebo interiormente hasta qué punto estoy (quiero ser) dependiente
de una persona que, conscientemente o no, satisface ciertas necesidades
de mi vida.
Soy capaz de cumplir mis propias acciones, de ser autónomo.
Es posible que las personas con las cuales me vinculo sean mucho más
dependientes afectivamente que yo y que tengan necesidad de este tipo de
relación.
Acepto ver hasta qué punto hago muestra de independencia y vigor en mi vida.
Debo soltar cualquier sentimiento de inquietud frente a mis necesidades
de base y tomar consciencia ahora de las fuerzas que me habitan y
afirmar que soy la persona mejor colocada para garantizar mi propia
supervivencia.
Al estar vinculado el coxis con el primer chakra, un desequilibrio al
nivel de este centro de energía puede conllevar desordenes físicos, los
más corrientes tocando el ano o el recto (hemorroides, irritaciones), la
vejiga (trastornos urinarios, incontinencia), la próstata.
También se puede encontrar dolores en la base de la columna vertebral,
una toma o pérdida de peso considerable (obesidad, anorexia) y una mala
circulación sanguínea al nivel de las piernas (flebitis), manos y pies.
Estos males me dan una indicación que tengo necesidad de volver a equilibrar este centro de energía.
Vértebras dorsales: el modo de identificar cada una de ellas es por
la letra D que designa “dorsal” seguida del número secuencial de la
vértebra.
Otro modo también es usar la letra T para designar las vértebras torácicas, y es lo mismo.
Amor: El amor aquí referido es como el amor de una madre para su hijo.
Cuando está afectado mi coxis, puede que viva el miedo a perder o no
tener como mínimo un amor similar al que un hijo está en derecho esperar
de su madre.
Se trata aquí de este tipo de amor y no de una relación amorosa entre adultos.
ESPALDA (en general)
La espalda representa el sostén y el soporte de la vida.
Es el lugar que me protege si me siento impotente frente a una persona o una situación (doy la espalda) en caso de necesidad.
Si mi peso es excesivo, si carezco de “respaldo” o si no me siento
bastante “respaldado” (afectivamente, monetariamente, etc.), mi espalda
reaccionará en consecuencia y ciertos dolores (agujetas) pueden
manifestarse.
Puedo tener la espalda ancha y ser capaz de recibir o bien inclinarme humildemente, inclinarme por respeto o aceptación.
Poco importa el motivo, un dolor de espalda indica que quiero quizás
salvarme de algo colocándolo detrás mío, porque es con mi espalda que
olvido las experiencias que me causaron confusión o pena.
Pongo todo lo que no deseo ver o dejar ver a los demás, jugando así a la avestruz.
Estoy profundamente herido, incapaz actualmente de expresar estas emociones bloqueadas.
¡Rechazo ver lo que me conviene!.
¡Acepto liberar ahora las energías retenidas en los lugares que me
duelen!Una espalda flexible pero fuerte indica cierta flexibilidad
mental y una gran apertura mental contrariamente a las rigideces
dorsales que significan orgullo, poder y negación a ceder.
Sentado bien cómodamente, puedo tener la sensación de estar protegido, en total seguridad.
Sin embargo, aun cuando mi espalda sirva para soportar estas cosas
indeseables y jugar a la “avestruz”, acepto ver lo que me molesta y
expresarlo.Actuando de este modo, me libero del peso que llevaba.
La postura adoptada da indicaciones sobre lo que vivo y sobre mi modo
de transigir con las situaciones de mi vida: si estoy en reacción
frente a la autoridad, si quiero tener razón frente a alguien o frente a
algo, voy a “tensar la espalda” por orgullo.
Si, al contrario, vivo sumisión, si tengo miedo, si me siento débil, voy
a “curvar la espalda” y cuantas más grandes sean mis preocupaciones,
más “me dolerá la espalda”.
Ciertas personas integran más las dificultades de la vida en la escritura, el diálogo o el intercambio.
Elijo el medio que mejor me conviene y dejo que la vida fluya en mí para
aprender a expresarme más y afirmarme cuando lo necesito.
Acepto que la vida me sostenga en cada instante y “levanto los hombros”,
sabiendo que tengo la fuerza necesaria para realizar todos mis
proyectos.
FUENTE: EL GRAN DICCIONARIO DE LAS DOLENCIAS Y ENFERMEDADES… Por Luis Hdez