Me he ofrecido como
voluntario para ser el portador de noticias poco gratas para ti.
Tú piensas que quiero
fastidiarte, echar a perder tus planes, todos piensan que quiero
entorpecerles, hacerles daño o limitarles.
Y no, eso sería un
completo disparate.
Yo, el síntoma,
simplemente te hablo en un lenguaje diferente.
Entonces, no puedo ser “sutil” y “suavecito”cuando
debo darte un mensaje.
Te quejas de mi, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te
tomas ni un segundo en reflexionar y tratar de comprender el motivo de mi
visita.
Sólo te escucho
decirme: “Cállate”, “vete”, “maldita la hora en que apareciste”, y mil
frases mas. Pero debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte
entender el mensaje.
¿Qué haces tú? Me mandas
a dormir con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas
desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias.
Intentas días tras días, taparme, sellarme, callarme.
Cuando mi única intención es darte un
mensaje y soy totalmente
ignorado.
Imagínate que soy una
alarma que suena y que intenta de mil formas decirte que de frente hay un
Iceberg con el que vas chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días,
por semanas, por meses, por años, intentando avisarte, y tú te quejas
porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo
trabajar, pero sigues sin escucharme…
¿Vas comprendiendo??
Para ti, yo el síntoma, soy
“La Enfermedad”.
¡Qué cosa más absurda! No
confundas las cosas.
Vas al médico, y pagas
por docenas de consultas médicas.
Gastas dinero en
medicamentos tras medicamentos. Y sólo para callarme.
Yo no soy la enfermedad,
soy el síntoma. ¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que puede
avisarte que algo en ti no va bien?
La enfermedad, “eres tú”,
“es tu estilo de vida”, “son tus emociones contenidas”, eso sí es la enfermedad.
Depende totalmente de ti,
reflexionar sobre lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir.
Cuando yo, “el síntoma”, aparezco en tu vida, es para avisarte que una
emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser mirada y resuelta para no
enfermarte.
Deberías darte la
oportunidad de preguntarte a ti mismo: “¿Por qué apareció este síntoma en
mi vida?”, “¿Qué querrá decirme”?
¿Por qué está apareciendo
este síntoma ahora?
¿Qué debo cambiar en mí?
Debes consultar con tu
interior, con tu corazón, con tus emociones.
Por favor, cuando yo
aparezca en tu cuerpo, antes de ir al médico para que me duerma, reflexiona en
lo que trato de decirte.
Cuanto más rápido hagas
conciencia del por qué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré.
Poco a poco descubrirás, que cuanto más te ames, menos veces vendré a
visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a
sentir.
Por favor, déjame sin
trabajo.
Te invito a que
reflexiones cada vez que me veas aparecer, cuál es el motivo de mi visita.
Deja de decir:
“Pues yo sigo con mi
diabetes, ya ves que soy diabético”.
“Pues ya no aguanto el
dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar”.
“Siempre con mi
migrañas”.
Por favor, haz
conciencia, reflexiona, actúa y haz los cambios necesarios.
Cuanto antes lo hagas,
más rápido me iré de tu vida!
Atte. El síntoma
Reikitepic
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