martes, 19 de mayo de 2015

“La Sanidad contra la Salud. Una mirada global para la autogestión”




“La Sanidad contra la Salud. Una mirada global para la autogestión” es el nuevo libro de Jesús García Blanca. La tesis del autor es que el modelo médico occidental moderno dominante ha condicionado los sistemas sanitarios hasta el punto de convertirlos en enemigos de la salud. Y lo mismo ha sucedido con los sistemas educativos cuya función es fabricar ciudadanos obedientes. Urge promover cambios para una transformación radical de nuestro concepto de salud humana y del planeta desde una mirada global y recuperando la autogestión y el autogobierno. 

Jesús García Blanca es educador, escritor e investigador independiente. Forma parte del equipo didáctico de la Escuela Española de Terapia Reichiana y desde 1995 colabora con diferentes colectivos impartiendo conferencias, cursos y talleres sobre salud, educación y ecología desde una aproximación crítica y holística. Escribe la sección sobre Salud Social en la revista Cuerpomente y colabora habitualmente con Discovery Dsalud, Mente Sana y Tu Bebé.

-El sistema sanitario es iatrogénico, ya lo sabemos. Pero, ¿tan negativo es para la salud ciudadana?
-El sistema sanitario se basa en un modelo médico reduccionista muy alejado de la complejidad de la vida y de la salud, y dominado por los intereses de las potentes multinacionales. No se trata solo de que sea iatrogénico como efecto colateral; su principal objetivo es controlar a la gente, ejercer el poder y obtener beneficios. Es por tanto urgente y necesario promover un cambio radical en la concepción de la salud que nos lleve a cuestionar los sistemas sanitarios.

ILUSTRANDO COND ATOS
-¿Puedes ilustrar la primera respuesta con algunos datos?
-Los fármacos son ya la tercera causa de enfermedad en el mundo y una de las principales causas de muerte: el Journal of American Medical Asociation advertía que cada año se producen en Estados Unidos 225.000 muertes causadas por el sistema médico, incluyendo 106.000 muertes por fármacos aprobados por la FDA y correctamente prescritos; en el British Medical Journal se calculaba que entre dos y cuatro millones de personas había experimentado daños graves o fatales debido a reacciones adversas a medicamentos.

-¿En qué ámbitos se cometen los mayores atropellos? ¿Pediatría?
-Creo que lo más grave es el daño que produce la sanidad, el ente, como institución, principalmente por la enorme influencia que tiene en la gente y la credibilidad que se le concede, de modo que su labor cotidiana impide o dificulta un cambio social necesario que nos haga poner el foco en los factores de salud, en los hábitos saludables, en las condiciones laborales, en nuestras relaciones con el entorno, en el cuidado de nuestros hijos.

LA CRIANZA
-¿Por qué, en su momento, decidiste meterte en estos temas, investigar, sacar cosas a la luz….?
-Entre el puñado de autores que marcaron profundamente mi vida, hay uno muy especial: Wilhelm Reich. Con él aprendí que las raíces del mal, de la indolencia, de la obediencia, del sometimiento, en fin, de tantas cosas que han modelado esta sociedad en la que vivimos y en la que muchos nos sentimos asfixiados, se encuentran en la crianza y en la educación: tenemos que aprender cómo cambiar eso para cambiar la sociedad.

-¿Qué entiendes por autogestión de la salud?
-Lo más importante es dar el primer paso: tomar la decisión de hacernos cargo de nuestra salud y comenzar a aprender cómo hacerlo y cómo ayudar a otros. Eso implica conectar con nosotros mismos y con nuestro entorno, poner el foco en los hábitos de vida saludables y en las condiciones adecuadas para embarazos, partos y crianza ecológica. Y a partir de ese cambio individual dar el salto a lo social, crear redes y grupos de apoyo, luchar para cambiar instituciones y leyes.

UN SISTEMA MECANICISTA
-Pero no todo en el sistema alopático es malo. ¿Cuáles son sus virtudes? ¿Las herramientas de diagnóstico?
-Puesto que el sistema alopático es mecanicista, está más cerca de obtener buenos resultados cuanto más mecánico sea el problema a tratar, por tanto en el campo de traumatología o en muchas intervenciones de urgencias. Respecto a las herramientas de diagnóstico, suelen ser pruebas o análisis muy sofisticados pero muy limitados, ya que se refieren a aspectos muy parciales normalmente cuantificables y abiertos a interpretación que dicen poco sobre la globalidad del paciente y del proceso que está sufriendo.

-¿Y qué pasa con las medicinas complementarias? ¿Qué tienes que decir?
-Considero un error pasar de una dependencia a otra. Está claro que es menos agresiva una infusión de tomillo que un antiinflamatorio, pero lo esencial es la responsabilidad, lo cual no quiere decir que no vayamos al médico (sea de la orientación que sea) cuando necesitamos ayuda, consejo, asesoramiento. Pero manteniendo siempre nuestra capacidad de decisión. Dicho esto, considero fundamental que las medicinas tradicionales y naturales se integren en los sistemas sanitarios públicos.

PROCESOS…
-¿Se puede estar sano en un mundo enfermo?
-Creo que hay que superar esa oposición salud-enfermedad. La salud y la vida no son estados, sino procesos, movimiento, flujo, pulsación... Y eso implica cambios, desequilibrios y reequilibrios que el modelo hegemónico llama “enfermedades” y que en realidad son programas biológicos que la sabia naturaleza ha dispuesto y que debemos aprender a respetar, en nuestra salud individual y en la del planeta.

-¿El 80% de las causas de enfermedades de la civilización son ambientales?
-Todo está interrelacionado. Vivimos en un ecosistema –Gaia- y somos un ecosistema para seres vivos con los que llevamos miles de millones de años compartiendo la evolución. Desde ese punto de vista, el 100% de lo que llamamos “enfermedades” son ambientales. En realidad se trata de desequilibrios y programas biológicos de reequilibrio para recuperar condiciones armónicas, y ello influye en el medio externo pero también en el interno, que es el ecosistema de las células y los microbios de los que dependemos para multitud de funciones vitales.

LOS MIEDOS
-¿Por qué tenemos tanto miedo a enfermar, a morir…?
-Creo que la pregunta sería: “¿Por qué tenemos miedo?”. Y creo que un factor importante es la desconexión con el cosmos, la ruptura con lo trascendente, con lo espiritual, con esa parte desconocida que la ciencia niega. No me cabe duda de que uno de los cambios radicales que necesitamos hacer en nuestra forma de vida es el de resacralizar nuestra relación con lo que nos rodea.

Antonio Sánchez

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