Tenemos mecanismos para intentar escapar del cáncer. Esta idea tan extendida es el leitmotiv de Poder anticáncer (Paidós), un libro en el que el biólogo Juan Serrano (Puerto
de Sagunto, 1966) desgrana qué aspectos hay que tener en cuenta a la
hora de intentar evitar la enfermedad. La alimentación, la depuración de
tóxicos y la gestión de los conflictos que nos alteran las emociones
son los aspectos en los que incide la propuesta de Serrano que apuesta
por abordar el cáncer desde la llamada medicina integrativa, que
combina la medicina convencional con terapias no convencionales como la
homeopatía, la acupuntura o el Reiki. El libro señala qué alimentos
debemos consumir y de cuáles hay que reducir su consumo para intentar
mantener al cáncer alejado de nuestras vidas. - Sabemos que podemos hacer mucho para evitar el cáncer ¿Qué es lo principal que hay que tener presente?
Que hay que estar a gusto con uno mismo. Si además tienes una
buena alimentación eligiendo correctamente aquellos alimentos o
nutrientes que minimicen el riesgo de padecer cáncer y que potencien la
inmunidad. Si además tienes más o menos la certeza de que el cuerpo está
más o menos limpio o que no contiene tantas sustancias conflictivas… Y
si además resolvemos todos aquellos conflictos que nos alteran las
emociones… -¿Qué alimentos son los más interesantes a la hora de prevenir el cáncer?
Hay estudios que dicen que un tercio de casos de cáncer están
causados por una mala alimentación. Así que hay que cambiar los hábitos
alimenticios para intentar no contraer cáncer. Hay que evitar los
alimentos que sean más conflictivos y tomar aquellos de los que hay
constancia que tienen una acción antitumoral directa e indirectamente.
- ¿Cuáles son conflictivos y cuáles tienen una acción antitumoral?
Recientemente se ha publicado algo que se sabía hace tiempo y es
que las carnes procesadas son cancerígenas. Las carnes rojas ocupan un
escalón un poco inferior, así que deberíamos minimizar su consumo. -…
El azúcar como tal es un tóxico, así que aquellos alimentos que
contienen azúcar añadido tampoco son recomendables. La inflamación
mantenida es cáncer, por tanto hay que minimizar el consumo de aquellos
alimentos que sean de tipo inflamatorio e incrementar los que sean
antiinflamatorios.
“Hemos incorporado alimentos muy alejados de nuestra biología
- ¿Puede poner ejemplos de alimentos inflamatorios?
Las carnes, los lácteos, el azúcar y la comida procesada causan
inflamación. Sin embargo los alimentos de procedencia vegetal en su
inmensa mayoría pueden contener nutrientes antiinflamatorios. La
cúrcuma, el jengibre, los vegetales de colores porque contienen
antioxidantes… todo esto sabemos que tiene una cierta acción
antitumoral. - ¿Habría que eliminar de la dieta los alimentos con acción inflamatoria?
No me gusta la palabra eliminar. Es como todo en la vida: hay que
buscar un equilibrio. Y minimizar este tipo de alimentos es evitar, en
lo posible. Eso no quita que un día comamos carne porque estamos de
celebración, pero hay que buscar un equilibrio. - ¿La alimentación es más importante que la exposición a los tóxicos o el ejercicio físico?
Las estadísticas siempre le dan un rango importante al tipo de
alimentación, lo que pasa es que yo soy un convencido de que los
alimentos contienen además muchas sustancias que no contiene el alimento
en sí y que son altamente conflictivas. Un ejemplo es la carne: por si
misma forma una especie de ácido que la puede hacer conflictiva pero
otra cosa es que además contenga sustancias como el nitrato que la
puedan convertir en una sustancia cancerígena. Me preocupan
especialmente aquellos aditivos que son conflictivos, que están
cuestionados como cancerígenos y que están en los alimentos porque
aunque en regulación están controlados, no sabemos cuál es el efecto
combinado de todos ellos. Ahí hay un problema que la ciencia tiene que
resolver. - ¿La recomendación es comer no solo menos procesado sino también más crudo?
En general sí. Tenemos un diseño biológico hecho para unas
condiciones y en los últimos 100 años hemos incorporado alimentos muy
alejados de nuestra biología y eso es lo que realmente nos está causando
problemas. Hay sustancias que estoy convencido que el cuerpo no
reconoce. Partiendo de esta premisa, creo que hay que recurrir a
aquellos alimentos reconocidos por nuestro organismo, y eso pasa por el
consumo de alimentos naturales. - ¿La cúrcuma es el gran alimento anticáncer?
No creo que haya un gran alimento anticáncer. El tumor se asienta
en una condición de inflamación y si hay una inflamación mantenida
cualquier inicio de tumor tienen el caldo de cultivo ideal para que se
mantenga y que aflore. Por tanto si le seguimos suministrando
inflamación en forma de alimentos le estaremos manteniendo ese status
que no nos conviene. En cambio, todo aquello que sea antiinflamatorio es
muy interesante. Y aquí entra la cúrcuma, pero también otros alimentos
interesantes como el ajo. Unos son antioxidantes, otros son
antiinflamatorios, otros son alcalinos… y de lo que se trata es de
generar un status metabólico que incomode a la célula tumoral.
La cúrcuma es uno de los alimentos con más poder anticáncer (Westend61 - Getty)
- ¿El yogur no es recomendable desde el punto de vista anticáncer?
Los lácteos son cuestionables por algunos motivos: causan
acidificación, pueden causar algún tipo de inflamación y creo que los
lácteos actuales son muy distintos a los de hace años. Estimulan ciertos
metabolitos que pueden favorecer el tumor. En el caso de los lácteos
recomiendo recurrir a la leche de cabra, que es mucho más reconocible
por nosotros. Además hoy en el mercado hay toda una serie de leches
vegetales de avena, de soja o de arroz que aportan una cantidad de
calcio interesante. También encontramos calcio en las algas, el sésamo…
porque lo que no puede haber es carencia de calcio, magnesio o proteína.
Y se dice que los yogures estimulan la inmunidad pero habría que ver
qué cantidad de probiótico que desde que lo digiero hasta que llegan al
intestino aseguran su viabilidad. - Antes ha comentado la importancia de consumir sustancias alcalinas ¿Dónde las encontramos y cuál es su efecto?
Son las que nos proveen de vitaminas y los minerales. Son
básicamente aquellas procedentes, salvo excepciones, de los alimentos
frescos. El tumor se desenvuelve mejor cuando el ambiente que rodea esa
zona es ácida. Por tanto, para prevenir hay que evitar aquellos
alimentos que en su descomposición crean ácidos. Y un ejemplo son las
carnes rojas que al ser consumidas desprenden el ácido araquidónico y
sabemos que esto nos conduce a un estado inflamatorio. Las carnes, los
lácteos, el azúcar… son alimentos que generan un ambiente ácido. - Otro de los aspectos que destaca es la importancia de tener el cuerpo limpio¿Qué significa?
El cáncer es eminentemente ambiental. Tenemos constancia que hay
multitud de sustancias cancerígenas que nos impactan, que incorporamos a
nuestro organismo y que pueden causar estragos. Y lo más preocupante es
que se pueden acumular en ciertos tejidos. Nuestros sistemas de
eliminación normales como el hígado, los riñones y demás por si mismos
no son capaces de eliminar todo lo que se acumula. Así que cada cierto
tiempo hay que establecer algún programa de depuración porque hay
toxinas que son posibles causantes de problemas. - ¿Y cómo lo hacemos?
Planteo una dieta de 12 días, unas pautas alimenticias que se
basan en criterios de inclusión y exclusión de grupos de alimentos. - ¿Qué alimentos se excluyen de la dieta?
Los que están desnaturalizados. El primer día eliminamos los
lácteos, porque suelen sobrecargar el hígado. El segundo día, además de
los lácteos suprimimos las carnes rojas y blancas por el mismo motivo.
El tercero eliminamos también los cereales integrales, excepto el arroz,
y los pescados, que suelen contener metales pesados. Después quitamos
las legumbres y las verduras crudas, porque causan flatulencias. Y a
mitad de la dieta hay un día que sólo se come arroz integral con
verduras. Y a partir de aquí, cada día volvemos a ir incorporando
alimentos. - ¡Es muy estricta!
Las hay más estrictas y ésta está avalada por una nutricionista.
No es una dieta equilibrada pero no supone ningún riesgo para la salud
porque dura muy poco. Y se puede acortar. - ¿Cada cuando se puede hacer?
Cada cambio de estación. Pero especialmente después de las
navidades. Y después, se trata de seguir la dieta anticáncer, que ésta
sí que es totalmente equilibrada
“Hay que reducir el consumo de lácteos”
- ¿Dentro de esta desintoxicación incluye el ayuno?
Para mí una pauta de ayuno es la dieta que planteo, pero también
mostramos una pauta para hacer ayuno planteando una dieta de tipo
intermitente. Para las personas que comen mal, hacer un ayuno controlado
y de corto espacio puede ser una opción. - ¿Ayuno quiere decir dejar de comer durante un día?
Hay distintos tipos y se ha evidenciado que con los controlados y
de corto espacio de tiempo se mejoran los perfiles lipídicos y algunos
parámetros metabólicos y hay menos recurrencia con los tumores. Saltarse
una cena a la semana o pasar un día a base de líquidos (caldos y té) es
una forma de ayuno que podría estar bien. Si alguien lleva una
alimentación ecológica y correcta es posible que no le haga falta, pero
en una circunstancia normal donde tendemos más a lo hipercalórico estoy
convencido que saltarte una cena o hacer un día a base de caldos y
cremas estaría bien. Desde luego el que lleve una dieta normo o
hipocalórica no se puede permitir muchos ayunos.
Las carnes rojas y las procesadas causan inflamación y por eso hay que reducir su consumo (Diana Miller - Getty)
- ¿Está a nuestro alcance escapar de los tóxicos?
En cierta medida sí. Podemos evitar el tabaco pero no el aire que
respiramos. Pero podemos optar por una alimentación en que incorpore
cultivo ecológico o a una cosmética que sea mucho más saludable y más
ecológica. Cada uno tiene que ser responsable de su vida. Hay gente que
dice que son más caros o que no le gusta tanto el sabor o el olor, pero
hay que pensar que con ciertas prácticas podemos minimizar la entrada de
sustancias tóxicas a nuestro organismo. - También destaca la importancia de la gestión de las emociones y el estrés a la hora de prevenir el cáncer.
Un estado de conflicto mantenido que no resuelves o no gestionas,
que lo llevas en silencio es un estado poco deseable que estoy
convencido que, en parte, te puede llevar a algún tipo de problema. Y
esto se torna mucho más importante cuando alguien tiene un tumor porque
sabemos que un estrés mantenido impacta con el sistema inmune. Y ante
una bajada del sistema inmune un paciente tumoral con un sistema inmune
debilitado es un problema. Hay que hacer inteligencia emocional incluso
con ayuda de algún psicólogo o terapeuta que les ayude a gestionar esa
circunstancia.
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