sábado, 3 de junio de 2017

Tus ancestros no dormían como tú

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Por Daniela Bustos

Sigue surgiendo evidencia científica e histórica que sugiere que la manera en la que la mayoría de nosotros dormimos podría no ser tan buena como pensábamos. A continuación te dejamos el artículo de Arjun Walia sobre por qué la mayoría de la población tendría problemas para dormir:
El 2001, el historiador Roger Ekirch de la Universidad de Virginia Tech, publicó un ensayo que incluía cerca de 15 años de investigación y revelaba una cantidad abrumadora de evidencia histórica que señalaba que los humanos solíamos dormir en camas separadas.
El 2005, él publicó un libro titulado “Al final del día: la noche en tiempos pasados” (“At Day’s Close: Night in Times Past”), que incluía más de 500 referencias a una forma de dormir fragmentada. Incluía diarios, libros médicos, literatura y otras cosas más, todas sacadas de varias fuentes que venían desde la “Odisea” de Homero hasta información de tribus de la actualidad en Nigeria.

Lo que se encontró en la investigación

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La investigación reveló que no siempre los humanos dormimos el promedio de 8 horas de corrido. En vez de eso, se realizaban dos períodos más cortos a lo largo de la noche. Todo el tiempo de sueño ocurría dentro de un lapso de 12 horas que comenzaban con 3 ó 4 de sueño, seguido por 3 de vigilia y luego se volvía a la cama para dormir hasta la mañana.
También se realizaron varias investigaciones por parte del siquiatra Thomas Wehr durante los inicios de los 90’s. Él condujo un experimento en el cual 14 personas fueron expuestas a la oscuridad total por 14 horas al día durante un mes completo. A la cuarta semana, los participantes lograron acostumbrarse a un patrón diferente de sueño, el cual era el mismo que Ekirch sugirió en relación a cómo dormimos en el pasado: los individuos lo hacían por aproximadamente 4 horas, se quedaban despiertos por un par de horas más, y luego volvían a dormir hasta la mañana.
Ekirch descubrió que las referencias al primer y segundo ciclo de sueño comenzaron a desaparecer durante la última parte del siglo 17. Esto comenzó a expandirse entre las clases urbanas más altas de Europa del Norte y, a lo largo de los siguientes 200 años, se filtró al resto de la sociedad occidental. Al llegar a 1920, la idea de un primer y segundo ciclo de sueño se había desvanecido de nuestra conciencia social.

Las posibles razones del porqué fue así

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Una de las razones podría ser que este tipo de sueño segmentado es lo que le sienta naturalmente al cuerpo humano. Al menos eso es lo que sugiere el experimento realizado por Wehr. Sin embargo, también existen otro tipo de teorías.
Según lo que opina el historiador Craig Koslofsky: “Lo que se asociaba a la noche antes del siglo XVII no era bueno. Era un lugar poblado por gente de mala reputación: criminales, prostitutas y alcohólicos. Aún los más ricos, que tenían la capacidad económica para comprar velas, tenían mejores maneras de gastar su dinero. El quedarse despierto toda la noche no tenía asociado ningún nivel de prestigio o valor social.”
Sin embargo, las cosas cambiaron en 1667 cuando París se volvió la primera ciudad del mundo en colocar iluminaria en sus calles, lo que conllevó a que eventualmente el quedarse durante la noche se volviera una norma social. Las personas comenzaron a volverse más conscientes del tiempo y más sensibles a la eficiencia antes del siglo XIX. Sin embargo, fue la revolución industrial la que intensificó esta actitud a pasos gigantescos. Eventualmente, llegamos a un punto donde los papás forzaban a sus hijos a dormirse a una cierta hora, sacándolos del patrón de sueño segmentado que en ese momento predominaba.

Muchos de los problemas de sueño podrían tener sus raíces en la preferencia natural del cuerpo humano por el sueño segmentado

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Ekirch cree que muchos de los problemas actuales, tienen sus raíces en la preferencia natural del cuerpo por el sueño segmentado. Él cree que nuestros patrones históricos podrían ser la causa de las personas que sufren de una condición llamada “Insomnio de Mantenimiento del Sueño”, dónde los individuos se despiertan a mitad de la noche y tienen problemas para volver a quedarse dormidos. Este tipo de condición apareció por primera vez a finales del siglo XIX, aproximadamente al mismo tiempo en el que la tendencia comenzaba a desaparecer.
“Durante la mayor parte de la evolución dormimos de cierta forma. Despertarse a mitad de la noche es una parte normal de la fisiología humana. La idea de dormir durante una parte consolidada de tiempo podría ser considerado dañina si es que vuelve ansiosas a las personas que se despiertan en la noche, ya que esta misma puede impedir el sueño y filtrarse a las horas de vigila”, afirma el psicólogo Greg Jacobs.
“Muchas personas se despiertan en la noche y entran en pánico. Les digo que lo que están experimentando es un retroceso al patrón de sueño bi-modal. Pero la mayoría de los doctores siguen fracasando en darse cuenta de que un sueño consolidado de 8 horas puede ser algo poco natural. Más del 30% de los problemas médicos están directa o indirectamente ligados al sueño, pero éste ha sido ignorado en la educación médica y hay muy pocos centros donde sea el foco de estudio”, asegura el profesor de Neurosciencia Circadiana en Oxford, Russell Foster.
En relación a lo que las personas hacían durante sus horas de vigilia, la investigación de Ekirch sugiere que utilizaban su tiempo generalmente para pensar en sus sueños, leer, orar o ser parte de prácticas espirituales.
Visto en The Mind Unleashed.

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