viernes, 8 de julio de 2016

La FDA reduce las grasas trans en los alimentos procesados

La ingesta de grasas trans se ha relacio­nado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca coronaria, contribuyendo a la acu­mulación de placa en las arterias, lo que pue­de causar ataque cardíaco. Por esta razón, la FDA (Food and Drug Administration, Agencia Federal Americana para la Alimen­tación y los Medicamentos), requiere que el contenido de grasas trans de los alimentos sea declarado en la información nutricional del etiquetado para ayudar al consumidor a determinar cómo, cada alimento, contribuye a la ingesta dietética total de grasas trans.

Muchos alimentos procesados contienen aceites parcialmente hidrogenados, la prin­cipal fuente dietética de grasas trans a par­tir de la producción industrial de alimentos procesados. Ahora la FDA da un paso para eliminar la grasa trans alimentaria. Se espera de esta medida, reducir las enfermedades corona­rias.

En 2013 la FDA hizo una determinación preliminar sobre las grasas hidrogenadas, no siendo ya “generalmente reconocidas como seguras”, o GRAS, según sus siglas. Se está ultimando esta acción y la determi­nación de que los aceites hidrogenados no son GRAS para uso en alimentación huma­na. “Hicimos esta determinación basada en la evidencia científica disponible y las conclusiones del panel de expertos”, dice Susan Mayne, Ph.D., directora del Centro de la FDA para la Seguridad Alimentaria y Nutrición Aplicada.

Los aceites hidrogenados, principal fuen­te de grasa trans en producción industrial, se encuentran en muchos alimentos populares procesados, como los horneados y congela­dos. Los aceites hidrogenados han sido am­pliamente utilizados como ingredientes des­de la década de los 50 para aumentar la vida útil y el mantenimiento de la estabilidad de sabor de los alimentos procesados.

Con el tiempo, varios estudios han rela­cionado de modo consistente el consumo de grasas trans con enfermedad cardíaca. Un informe de 2002 de National Academy of Science 's Institute of Medicine, encon­tró una correlación entre la ingesta directa de grasa trans y un aumento en los niveles de lipoproteína de baja densidad (LDL), comúnmente conocida como “colesterol malo”. Por lo tanto, mayor riesgo de enfer­medades del corazón.

Extraído de: FDA For Consumers, junio 2015,


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