sábado, 13 de enero de 2018

El incienso: la resina regeneradora

Incienso


El término incienso nos genera cierta confusión; algunos pensarán en las varillas con mezclas de plantas, aromas y resinas que se encienden para difundir aroma en un ambiente al ser quemadas, pero en este caso se trata de la resina del árbol del incienso también llamada, originario de sur de Arabia, India y Somalia.

El nombre de olíbano se relaciona con la palabra “leche”, refiriéndose a la savia lechosa que emana de este árbol cuando se le hace un corte o se desprende alguna rama. Los hebreos lo llamaban lebonah, los árabes
luban, los griegos libanos, y los romanos olibanum.

La palabra incienso se refiere a la forma en la que se preparaba como ofrenda ritual de purificación, y proviene de la palabra latina incensum, participio del verbo incendere, ‘encender’.

En nuestros bosques también tenemos árboles que emiten resinas cuando su tronco se agrieta, a modo de solución curativa. Esa secreción pegajosa, aromática y desinfectante realizará la cicatrización de esa herida. Los más conocidos son las diferentes variedades de pinos, abetos y cedros, especialmente el llamado pino resinero.La resina de los pinos y abetos, es una gomorresina que aparece fluida cuando en el árbol se realiza un corte. Tras el contacto con el aire se resinifica y queda endurecida, con un aspecto casi mineral, y también
se le da el nombre de “lágrimas”. Se diría que el árbol llora esta resina con un fin protector y curativo, con el fin de sellar esa herida y prevenir la invasión de gérmenes o parásitos.
El incienso ha sido utilizado desde la antigüedad especialmente como ofrenda espiritual y sagrada por su agradable aroma, y también por sus componentes aromáticos para desinfección de ambientes y espacios
como los lugares donde se concentraban los peregrinos.
En el antiguo Egipto, el incienso era considerado como remedio curativo universal y la sustancia aromática de elección en las ceremonias sagradas como ofrenda a los dioses.
Hoy en día se está utilizando con aplicaciones medicinales en diferentes ámbitos.
La resina de incienso contiene sustancias gomosas como la arabinosa, galactosa y el ácido galacturónico, semejantes a los presentes en la goma arábiga, sustancias pegajosas que ejercen su acción cicatrizadora.
Las sustancias de origen antibiótico y antiséptico en la resina de incienso son terpenos como el olibeno, felandreno y principalmente el ácido boswélico y la olibanoresina. Estas sustancias ejercen una acción benéfica sobre las vías respiratorias por sus propiedades microbicidas por lo que está indicado en procesos catarrales y en el asma debido a que mejora la respiración haciendo que sea más lenta y profunda.
El incienso tiene efecto antiinflamatorio especialmente el extracto de boswellia serrata. Además, no tiene los efectos adversos de los medicamentos antiinflamatorios que pueden lesionar las mucosas gástricas e
intestinales provocando gastritis y úlceras.
  El incienso interfiere en los mecanismos que provocan la inflamación inhibiendo la síntesis de los leucotrienos implicados en numerosas enfermedades inflamatorias, por lo que produce mejora en patologías reumáticas y articulares, reduciendo
la hinchazón y la rigidez de las articulaciones. En la medicina ayurvédica también se utiliza la boswellia en patologías inflamatorias como la artritis reumatoide. Varios estudios clínicos realizados sobre 175 pacientes con dicha enfermedad demostraron que
mejora la rigidez matinal, y el dolor en el 67% de los casos al cabo del mes de tratamiento. Otros estudios muestran la eficacia de la boswellia en el 70% de las personas con asma bronquial.

Si se combina la Boswellia con otro potente antioxidante y antiinflamatorio como la cúrcuma los resultados sobre los procesos inflamatorios aún son más positivos.
La Boswellia tiene aplicación en patologías inflamatorias y degenerativas como la artritis reumatoidea, y la osteoartritis, la bursitis, tendinitis, colon irritable, colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
En usos cosméticos y dermatológicos el incienso tiene una acción beneficiosa sobre la piel debido a su efecto antiinflamatorio y regenerador epitelial, previene la formación de arrugas, trata manchas y cicatrices,
así como las impurezas de la piel.
Debido a que el incienso calma y hace más profunda la respiración su aroma ejerce un efecto calmante y relajante que favorece y predispone a la meditación. Actúa también en casos de ansiedad y estrés. Por ello el
incienso quemado en forma de varita, cono o sobre carbones, se utiliza en templos.
Podemos encontrar en farmacias y herboristerías aceite esencial puro de incienso que podemos usar tras la ducha mezclando unas gotas con aceite de almendras dulces. Aportará sus propiedades caloríficas y regeneradoras sobre nuestra piel además de actuar en profundidad sobre los tejidos. Pero si no disponemos del aceite esencial y si de la resina elaboraremos de forma sencilla este aceite por maceración que también
podemos aplicar sobre la piel.
ACEITE DE INCIENSO:
Ingredientes:
Resina de incienso………….20 gr
Aceite de oliva…………………80 gr
ELABORACIÓN:
pulverizar la resina de incienso con mortero, evitando usar trituradoras eléctricas o molinillos ya que al ser una gomorresina se pegará a las aspas. Poner en un frasco de vidrio de tapa ancha y añadir el aceite de oliva. Dejar dos meses en maceración, cerca de un lugar cálido y agitando de vez en cuando. Después colar con una tela de algodón exprimiendo para obtener la máxima cantidad de aceite. Guardar en envase de cristal en lugar fresco y protegido de la luz.
Uso: este aceite aporta calor activando la circulación y la oxigenación de células y tejidos. Aplicar a modo de unción en masaje sobre el cuerpo, aportará calor y mejorará el estado de la piel activando la circulación.
Sobre articulaciones y musculatura dolorida.
Indicaciones: en zonas contracturadas con dolor articular o muscular. Ideal en recién nacidos y ancianos que necesitan más calor, en invierno,en personas que suelen tener manos y pies fríos. En aplicación facial unpoco de este aceite tiene efecto tonificante, regenerador y antiarrugas.
 
 
Palmira Pozuelo

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