domingo, 30 de septiembre de 2018

Depresión y enfermedad:


 libera enojo y recobra salud y energía





Depresión y enfermedad: liberación

Si quieres decirle adiós a la depresión y la enfermedad es momento de considerar el enojo guardado en tu cuerpo, pues esta emoción es una de las que más genera problemas de salud en nuestro cuerpo y nos quita ánimo, energía y alegría.
Quizá tu te preguntes por qué el enojo puede estancarnos y hacernos sentir mal y debilitar nuestro cuerpo, en especial nuestros sistemas y órganos. Pues bien. Aquí te explicaremos qué es el enojo y cómo puedes liberarlo para recuperar tu energía, poder y salud.

¿Qué es el enojo y la depresión, y cómo afectan nuestro cuerpo?

El enojo es una emoción que genera una fuerte tensión en nuestro cuerpo debido a que cada vez que lo sentimos nuestro cuerpo esta en un estado de rechazo. Observa cuando te enojas, y podrás notar como el rechazo, la desaprobación e incluso la repulsión suceden hacía aquello que te hace enojar, ya sea una persona, una situación, un recuerdo, etc.. El punto es que el cuerpo no distingue hacía quien sientes repulsión o rechazo, el sólo resiente todas estas emociones provocando que tus músculos generen fuerte tensión, tus sistemas sobre reaccionen y tu circulación de sangre se sobre active, así como los latidos de tu corazón se aceleren y tus ojos, articulaciones y sentidos se tensen a veces al grado de no absorber debidamente nutrientes ni buena oxigenación, por lo que empiezan a debilitarse. Todo esto provoca que nuestra energía baje, circule lento y empecemos a sentir desgano, falta de ánimo y más tarde depresión.

Las emociones son nuestra responsabilidad

Quizá pienses que las personas que te enojan o las situaciones que te frustran, desesperan o enfadan son las causantes de tu mal humor. Pero realmente no es lo que nos sucede, sino la forma en como lo vivimos y enfrentamos.
La persona con la que enojas quizá está disfrutando de la vida y ni le interesa que tu estés enfadado o frustrado, y es cierto que a veces, por más que nos enojemos o frustremos la situación no cambia, a veces incluso se agrava. ¿Por qué pasa esto? Porque, como observamos en el párrafo anterior, estamos en un estado de rechazo, de querer componer o cambiar “afuera” las cosas, cuando quienes debemos de cambiar somos nosotros.
El enojo es una responsabilidad, es una emoción mensajera que nos ayuda a entendernos en lo más profundo de nuestro ser. Cuando no lo hacemos, entonces empezamos a padecerlo, ya sea en enfermedades, debilidad, malhumor o desgano.

Tus órganos: cajas de energía de tu cuerpo

Imagina que tus órganos son como cajas en tu cuerpo: tu hígado es una caja, los riñones otra, los intestinos, el estómago, el corazón y cerebro son desde cierta perspectiva sólo cajas de energía. Cuando tu te enojas y no comprendes el enojo ni lo liberas, esta energía viaja por tu cuerpo y se estanca o guarda en alguna de estas cajas, por lo general se guarda en la caja que esta más débil, y puede quedarse esa energía ahí almacenada.
Si el enojo es frecuente y no se comprende ni se desahoga, su energía se acumula y el órgano empieza a decaer o debilitarse, y puede empezar a manifestarse o materializarse  desde una disfunción o dolor, hasta problemas más severos como problemas del sistema inmune, en las hormonas, células débeles y fuera de control que pueden dar pie al cáncer, el cual tan sólo refleja un exceso de energía de baja frecuencia acumulada en forma de enojo que se convierte en depresión.

Depresión y enojo

La depresión es un estado de profundo enojo guardado y acumulado, si observas, las personas deprimidas por lo general suelen decir que no se enojan, pues suelen evadir el enojo porque lo consideran algo “malo”. Por otro lado, hay personas que son depresivas y enfermizas porque parece que viven para los demás, desean la aprobación y la aceptación ajena, y este miedo de perder a los que aman les hace caer en actitudes condescendientes y poco honestas que en el fondo las frustran o enfadan, sobre todo cuando las personas no les corresponden como ellas quisieran. Así que viven bajo fuerte frustración, esperando de los demás, y pueden llegar a sentir fuerte sensación de injusticia y hasta violencia.
La frustración, desesperación, violencia e ira son emociones derivadas del enojo que de no ser comprendidas se convierten en estados depresivos severos que llevan a todo tipo de enfermedades. 

Depresión, enfermedad y tercera edad

¿HAs notado que hay muchas personas que en la tercera edad se vuelven muy irritables, enfermizas o depresivas? Esto sucede porque toda su vida se han aguantado muchas situaciones y enojos que se acumularon. Llega una edad donde el cuerpo parece que empieza a sacudirse toda la energía del enojo acumulada, la persona llega al tope de estar aguantando o soportando situaciones que no desea, y entonces sucede que la persona se vuelve muy irritable, enfermiza, depresiva. Bueno, el cuerpo sólo esta mostrando una vida emocional que no ha sido comprendida. No es la edad la que nos enferma, como dicen muchos doctores y se repite por ahí. Es la vida emocional mal comprendida la que nos vuelve enfermizos y decaídos o, en algunas personas, se vuelve amargura.

¿Por qué no liberamos el enojo?

Mucha gente dice no enojarse ni enfadarse y vivir en paz, aunque su cuerpo esté enfermo y diga todo lo contrario. A veces nos cuesta liberar el enojo por varias causas:
  1. Por que pensamos que debemos ser personas “buenas”, y el enojo va en contra de esta creencia. Entonces lo maquillamos o enfriamos de muchas formas. Por ejemplo, razonamos tanto lo que nos enfada que la emoción llega a enfriarse, pensamos que es más importante  la moral o ética que lo que realmente sentimos, asi que pensamos cosas como “no lo debo hacer sentir mal” “¿Cómo voy a decirle esto?” “El enojo es un pensamiento negativo” “No debo enojarme, eso no es ser bueno ni comprensivo”, etc. Así que queremos ser buenos y nos guardamos todo eso que pensamos es malo, como el enojo.
  2. Porque somos personas muy racionales y pensamos tanto las cosas que llegamos a enfriarlas. Las personas que piensan que no es bueno perder el equilibrio, que se ve mal que uno pierda la cabeza, las personas que se controlan mucho para no perder “la imagen”, piensan que el enojo no es algo muy refinado, y prefieren hacer todo tipo de cosas con tal de evadirlo.
  3. No nos permitimos hacer contacto con nuestras sensaciones o emociones más primitivas porque nos da miedo perder el control, por lo que esta energía se guarda en nuestro cuerpo y con el tiempo se convierte en depresión.

¿Cómo desahogar el enojo?

  1. PIERDE EL CONTROL, CON CONTROL: las personas más enfermas, si observas, son las que parece menos pierden el control. Así que date la oportunidad de experimentar que se siente dejarte libre, y verás que aunque pierdas el control, siempre lo tienes y puedes parar cuando gustes. Así que busca un lugar donde nadie te escuche ni vea, piensa en alguien o algo que te enfade y déjate llevar por lo que sientes realmente, imaginando que estas frente a esa persona o situación. Si no sientes nada, actúa como si estuvieras muy enojado, se espontáneo en decir las cosas y no edites ni tus gestos ni las palabras que dices. Frena cuando lo desees, y vuelve a comenzar.,esto te ayudara a sentir que aunque te enojes puedes guardar el control. Es importante que aquí expreses violencia si la sientes, pega a alguna almohada como ya es sabido o patea algo que te ayude a liberar la emoción y donde no te lastimes.
  2. NO RAZONES TANTO LO QUE SIENTES: la gran mayoría de las personas, cuando se enfadan, lo primero que desean hacer es frenar el enojo y ser comprensivos. Pero esto no es tan bueno para el cuerpo, porque ser comprensivos no nos ayuda a liberar la emoción. Cuando te enfades con alguien y siempre que te sea posible, evita pensar y ser comprensivo en el momento. Te sugiero que si te enfadas te des un espacio o momento, te retires a un lugar donde puedas estar tu a solas, y antes de razonar el enojo lo expreses ya sea de forma verbal o escrita lo que sientes. Luego entonces, ya liberada la emoción, puedes realmente ir más a profundidad en la comprensión del enojo.
  3. SANA TU CUERPO PONIENDO PALABRAS A LO QUE SIENTES: Usa palabras que realmente sientas y no las edites. Muchas personas no se permiten decir las cosas como las sienten porque le tienen miedo a las palabras, pero recuerda que las palabras se hicieron para expresar y dejar fluir lo que sentimos. Si no le pones palabras a lo que sientes muy difícilmente comprenderás tus emociones y trataras de esconderlas o guardarlas o evitarlas de muchas formas. Alguna vez escuché a un doctor decir que estamos enfermos de falta de vocabulario, y tiene toda la razón. Debemos aprender a expresar lo que sentimos, ponerle palabras a lo que nos enoja, entristece y nos da miedo.

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