Entrevista a Guan Qingwei, actual director de la clínica Tongrentang (同仁堂) de Bejing, representante de la práctica de la Medicina China desde hace casi tres siglos y medio.
Reportaje de
Cheng Ye
本刊记者 程也
Como
consecuencia de su amplio conocimiento sobre los métodos de tratamiento
y su rica experiencia práctica en medicinas tradicionales, ha curado a
muchas personas provenientes de distintos países y regiones. Al mismo
tiempo, posee un gran conocimiento sobre medicina preventiva y métodos
para conservar la salud, además de haber publicado numerosos tratados
médicos. Ha participado activamente en la fundación de la primera
clínica de Medicina China en Beijing y en la formulación de la
estrategia para el desarrollo de esta antigua entidad farmacéutica,
consistente en consolidar la fama de sus prestigiosos médicos, crear
buenos y mejores medicamentos y potenciar el conocimiento de la marca.
ConfucioMag:
¿Qué opina del hecho de que Tongrentang y su filosofía de trabajo hayan
sido declaradas oficialmente como Patrimonio Cultural Inmaterial
Nacional con sus 342 años de historia?
Guan Qingwei:
No es de extrañar que sea reconocida por su cultura particular y por
haber plasmado fielmente las características intrínsecas de los más
cinco mil años de la Medicina China. El origen del nombre de Tongrentang proviene, según el fundador, de la filosofía de hacer el bien al público –literalmente dàtóng (大同) significa “Gran Armonía en una sociedad ideal y perfecta”–, unida a la bondad de compartirlo entre todos –el concepto de rén (仁)
que significa “benevolencia”–. El principio de salvar la vida y mejorar
la salud de todo el mundo, que persigue Tongrentang durante siglos
hasta hoy en día, ha coincidido precisamente con los versos colocados en
la entrada principal de la tienda, donde se puede leer: Por muy
complicado que resulten los procedimientos de producción farmacéutica,
no ahorramos ningún esfuerzo; por muy elevado que sea el coste, no
escatimamos en materia prima.
ConfucioMag:
Sin embargo, hoy por hoy, la mayoría de los pacientes recurren a la
medicina occidental, así que ¿cuál es el nivel de popularidad y
entendimiento de la Medicina China según su punto de vista?
Guan Qingwei:
Llevo más de 30 años trabajando como médico en la clínica Tongrentang y
cada semana atiendo a más de 200 pacientes. De modo que todos los días
intercambio y transmito conocimientos sobre Medicina China en mi
consultorio. Sin embargo, me da la sensación de que la gente que vemos
todos los días no sabe mucho sobre este tipo de práctica. Durante los
últimos cien años la educación en China ha evolucionado de tal manera
que se ha visto influenciada sobremanera por las enseñanzas occidentales
en detrimento de la cultura tradicional nuestra, lo que ha influido
igualmente en la enseñanza y popularización de la Medicina China y, a su
vez, de la filosofía y modo de vida que ella implica. De hecho, la
Medicina China podría situarse tras las cuatro grandes invenciones que China
ha aportado a la humanidad –la brújula, la pólvora, el papel y la
imprenta– por ser un patrimonio que ha transcendido a partir de nuestros
antepasados, y cuyo basto contenido se queda pendiente de un profundo
estudio y detallado desarrollo.
ConfucioMag: Entonces, ¿cuál es la diferencia esencial que hay entre la Medicina China y la occidental?
Guan Qingwei: La filosofía aplicada en la Medicina China se
centra en su característica dialéctica, mientras que la occidental se
mueve en torno a la identificación de enfermedades concretas. Es decir,
nuestra medicina, teniendo en cuenta que las enfermedades están
consideradas como desequilibrios entre el yīn (阴) –principio femenino o negativo de la naturaleza– y el yáng (阳)
–principio masculino o positivo–, trata de curar los pacientes a través
de medicamentos naturales, acupuntura, masaje y ejercicios de
respiración, hasta conseguir la armonía entre esos dos elementos. Sin
embargo, la medicina occidental consiste en localizar e identificar el
foco de la enfermedad o los gérmenes patógenos y más tarde se los
eliminan mediante medicamentos químicos no naturales. A fin de cuentas,
la medicina oriental es un sistema arraigado en el perseguimiento del
equilibrio interno para curar a la gente y la occidental se caracteriza
por la confrontación frontal contra la propia enfermedad. Según la
medicina occidental, un paciente representa un estado físico donde se
puede identificar y exterminar el origen de la enfermedad. Al contrario,
en vez de tratar solamente alguna célula o ADN, nuestra medicina,
basada en la teoría de la cosmogonía, se centra en el cuerpo integral en
constante búsqueda del equilibrio con el entorno.
“La medicina oriental es un sistema arraigado en el perseguimiento del equilibrio interno para curar a la gente y la occidental se caracteriza por la confrontación frontal contra la propia enfermedad. Según la medicina occidental, un paciente representa un estado físico donde se puede identificar y exterminar el origen de la enfermedad. Al contrario, en vez de tratar solamente alguna célula o ADN, nuestra medicina, basada en la teoría de la cosmogonía, se centra en el cuerpo integral en constante búsqueda del equilibrio con el entorno.”
Guan Qingwei:
Lo esencial de la Medicina China no reside simplemente en las
perspectivas materiales sino que presta una gran atención al conjunto
completo de estados que influyen en la funcionalidad, en los canales
energéticos y en la transmisión de información. Nuestra medicina tiene
como objetivo principal conseguir el mayor equilibrio entre tres
aspectos primordiales: el primero se centra en la relación entre el
hombre y la naturaleza, por ejemplo, es más fácil enfermar durante los
cambios de clima, lo que demuestra que en ese momento existe un
desequilibrio entre la naturaleza y la condición del cuerpo, por lo que
es necesario un ajuste corporal. El segundo equilibro trata de la
relación entre el hombre y la sociedad, donde encontramos la importancia
de construir una armonía sólida en nuestra vida social. Si llevamos un
tiempo agobiados y bajo presión, será muy fácil padecer alguna
enfermedad. De hecho, en la vida cotidiana deberíamos acercarnos más a
la naturaleza, saber mantener el equilibrio tanto con la naturaleza como
con las relaciones sociales. El tercero reside en el equilibrio de los
órganos internos del cuerpo. El corazón, el hígado, el bazo, el pulmón o
los riñones siempre están ligados a las enseñanzas de la medicina
occidental. No obstante, en la Medicina China interpretamos estos
órganos de otra manera. Un hombre está considerado, desde una
perspectiva integral, como un conjunto de sus signos de anormalidad y
estados de sistemas funcionales, energéticos e informáticos.
Estos
tres desequilibrios podrían ser el origen de cualquier enfermedad que
padecemos y los tratamientos, tanto de medicamentos como de masaje y
acupuntura, están orientados siempre a intentar dar un viraje a la
situación dentro del cuerpo, con el objetivo de recuperar el nivel del
equilibrio y mejorar la habilidad de ajuste de sí mismo. Por ejemplo,
tres personas mojadas por la lluvia que después de volver a casa una
enferma con fiebre y pulmonía y las otras dos no. La razón consiste en
que la persona que ha enfermado tiene menos resistencia, por lo que
necesitamos aumentarla. De esta manera, consigue el equilibro perfecto
con los cambios de la naturaleza, por lo que no se verá afectada ante
cambios bruscos de temperatura, viento, frío, calor, humedad o sequedad.
ConfucioMag:
Teniendo en cuenta que creció usted en el seno de una familia célebre
de la Medicina China, ¿siempre se ha mantenido fiel a ella?
Guan Qingwei:
Irónicamente, aunque mi padre, mi abuelo y mi tío eran todos médicos
chinos, yo rechacé durante un tiempo esa práctica por considerarla
negativa.
Todos conocemos bien el famoso artículo La medicina escrito por Lu Xun,
en el cual se narra un caso en el que se utiliza pan chino mojado en
sangre humana para tratar la tisis. Asimismo, su experiencia con los
curanderos le llevó a estudiar medicina occidental fuera de China. De
hecho, yo pensaba que la Medicina China no servía para nada y que estaba
muy anticuada. Hasta que en una ocasión mi padre sacó del coma profundo
a un paciente que llevaba dos años en ese estado. Eso me hizo
reflexionar sobre el potencial de la medicina oriental.
El
trabajo que he realizado a lo largo de estos años me aporta la
posibilidad de acumular experiencia, de modo que cada vez estoy más
convencido de que nuestra medicina es un sistema excelente. Dentro de
los más de siete mil tipos de medicamentos de la medicina occidental
inventados en un periodo de doscientos años, unos seis mil de ellos ya
están en desuso, y el proceso de selección aún sigue eliminando muchos
que no sirven para nada. En comparación, nuestros remedios se han
utilizado durante centenares y miles de años, tales como Liuwei Dihuang
Wan, Niuhuang Qingxin Wan y Wuji Baifeng Wan. La supervivencia de estos
medicamentos chinos revela que se adaptan a perfiles de nuestro cuerpo y
a su vez agilizan las funciones, siendo una alternativa segura para
nuestra salud sin provocar confrontaciones directas en el cuerpo.
Según
la Medicina China, los medicamentos naturales trasladan la energía
desde la tierra donde se recogen hasta nuestro cuerpo haciendo un
intercambio de información. Sin embargo, si los reducimos a una simple
molécula, dicha información se pierde completamente. El hecho de
estudiar la Medicina China a partir de perspectivas micro cósmicas,
siendo este uno de los mayores malentendidos, hace que nuestra medicina
se convierta en pura farmacología de plantas.
Aunque
empecé a tener mis primeros contactos con la Medicina China cuando era
pequeño, no he comprendido bien este mundo hasta haber tenido 16 años de
práctica clínica. Esto tiene que ver no solo con los prejuicios que
tenía, sino también con la mentalidad de la época. Teniendo en cuenta
que los niños crecen en un entorno más “occidentalizado”, les cuesta
cambiar su mentalidad y pensar en la metafísica y la energía. Antes
solía pensar que para fomentar el desarrollo de la Medicina China,
debíamos intentar encajarla dentro del sistema occidental de ciencias.
Al cabo de tantas vueltas e intentos me di cuenta de que tanto la
medicina china como la occidental son dos sistemas totalmente
diferentes.
ConfucioMag:
Usted ha tratado muchos dignitarios y asimismo curado muchas
enfermedades difíciles. ¿Podría compartir alguna experiencia inolvidable
con nosotros?
Guan Qingwei:
Yo trato a todos mis pacientes por igual, sin importar su procedencia o
rango social. Nosotros siempre preguntamos a los pacientes sobre sus
molestias e incomodidades, respetando en todo momento sus sensaciones.
En mi opinión, la cultura china se caracteriza principalmente por su
énfasis en la humanidad, la dignidad y el valor humano, por lo que el
médico ha de aprender a ser un buen hombre antes de tratar a sus
pacientes.
Puedo citar, por
supuesto, dos ejemplos de pacientes famosos. Una vez acudí a Arabia
Saudí para tratar un edema en las piernas del rey Adbullah. El monarca
llevaba ya dos años visitando médicos de todo el mundo y haciéndose todo
tipo de análisis clínicos sin que nadie le diagnosticara el verdadero
problema. Sin embargo, después de tomarle yo el pulso comenzó a tomar
los medicamentos que le receté durante dos o tres semanas. Al final el
edema desapareció y no le ha vuelto a salir hasta ahora.
Otro
caso es el de Korn Dabbaransi, vice-primer ministro tailandés y
presidente de la Asociación para la Amistad entre Tailandia y China,
quien tuvo una lesión grave en las piernas después de jugar al
bádminton. Tras medio año de masajes y fisioterapia, acudió a mí. Yo le
di un masaje en los brazos siguiendo la teoría china sobre las
interrelaciones entre las cuatro extremidades. Tras 38 minutos de
tratamiento se le fueron todos los dolores y pudo caminar sin ningún
problema.
ConfucioMag: Supongo que lo más asombroso de la medicina china consiste en su poder de prevenir las enfermedades, ¿no es cierto?
Guan Qingwei:
La Medicina China investiga la persona, en lugar de su enfermedad. ¿Por
qué la mayoría de los médicos más prestigiosos tardan en realidad muy
poco en tratar a un paciente? El truco consiste en nuestro método de
diagnóstico, es decir, en mirar, escuchar, preguntar y tomar el pulso.
Nada más entrar en la consulta observamos una serie de datos que nos
revelan su condición física: su manera de hablar, el volumen de su voz,
el aspecto que presenta su cara, la mirada, el color de la lengua y el
pulso. En base a esto, le recetamos medicamentos tradicionales para
mejorar y subir el nivel de las funciones de su cuerpo, de modo que le
curamos.
En realidad, lo
importante sería poder curar las enfermedades que están por venir, es
decir, prevenir. Cuando uno cae enfermo, acude a su médico como si de un
dios se tratara. Sería mucho mejor que el mismo médico nos ayudara a
conservar la salud y a prevenir las enfermedades. Sin embargo poca gente
se ha dado cuenta de esto.
La
Medicina China dice que antes de caer enfermo se pasa por un estado de
transición metafísico, por lo que aparece primero un desequilibrio entre
el yin y el yang denominado wèibìng (未病
o “enfermedad que ha de venir”). Más tarde, a raíz de este
desequilibrio, el cuerpo físico sufre un daño, evolucionando hasta la
enfermedad final.
Este concepto
se refiere al desequilibrio entre el yin y el yang, cuyos síntomas no
son detectables según la medicina moderna, pues no son visibles desde el
exterior, ni sale en los análisis de sangre. Según la medicina moderna,
el concepto de enfermedad se aplica a los cambios enfermizos ocurridos
en el cuerpo cuyos síntomas son detectables. Por tanto, la condición de wèibìng y enfermedad coexisten pues en el cuerpo de un paciente.
El
hecho de que la Medicina China ponga más énfasis en prevenir las
enfermedades que en tratarlas, no quiere decir que se limite únicamente a
afrontar el wèibìng y no a curarlas. Más bien, la medicina
china plantea erradicar el problema a través de tratar el paciente desde
el principio, durante la etapa de pre-enfermedad. Precisamente gracias a
la filosofía que propone la medicina china en ese periodo de tiempo,
ayuda a conservar la salud, a prevenir enfermedades y a erradicarlas.
“En realidad, lo importante sería poder curar las enfermedades que están por venir, es decir, prevenir. Cuando uno cae enfermo, acude a su médico como si de un dios se tratara. Sería mucho mejor que el mismo médico nos ayudara a conservar la salud y a prevenir las enfermedades. Sin embargo poca gente se ha dado cuenta de esto.”
De
hecho, curar las pre-enfermedades en vez de las enfermedades no
constituye una idea de la medicina preventiva occidental. Teniendo en
cuenta que la medicina china abarca ricos conocimientos y métodos
concretos sobre el tratamiento de las pre-enfermedades, nuestra medicina
no necesita de ninguna manera recurrir a la supuesta medicina
preventiva occidental.
Entonces,
¿existe el concepto de la prevención de las enfermedades en nuestra
medicina? La respuesta es afirmativa. En la Medicina China la
prevención, compuesta por “vivir sano”, “cultivar la moralidad” y
“perfeccionar los comportamientos”, es una práctica enfocada a ayudar a
la gente a mejorar activa y voluntariamente su habilidad de mantener una
relación equilibrada y armoniosa consigo mismo, con la sociedad y con
la naturaleza gracias al perfecto equilibrio entre el yin y el yang.
ConfucioMag:
Cuando una persona tiene una buena energía vital, un estado perfecto de
la sangre y una buena armonía física y psíquica, ¿podemos afirmar que
ha alcanzado el nivel óptimo para conservar la salud según la Medicina
China?
Guan Qingwei:
Nuestro punto de vista de conservar la salud es muy particular. Tanto
la medicina occidental como la ciencia moderna nos enseñan cómo proveer a
nuestro cuerpo ante carencias de proteínas, vitaminas, minerales, etc.
Este abastecimiento se origina a partir de la necesidad estructural del
cuerpo. Sin embargo, la mejor forma para mantener la salud es fortalecer
un buen estado de funcionamiento del corazón, concepto que abarca lo
que es el estado de ánimo y el autocontrol aplicado en las relaciones
entre el cuerpo y la mente, entre la sociedad y los seres humanos y
entre la naturaleza y el hombre, con el objetivo de ajustar el
equilibrio entre el yin y el yang. Si este mecanismo es fuerte y
funciona bien recibe el nombre de yǒushén (有神 o “estar en estado perfecto”), y si es débil y funciona mal, se llama shīshén (失神
o “pérdida del buen estado”). De hecho, entre los factores que
intervienen en los procesos de regulación en el cuerpo, el estado de
ánimo, la mentalidad y la conciencia constituyen los elementos
fundamentales que afectan a la habilidad y a la gradación de autocontrol
de cada uno. La teoría de “despreocupación” planteada por el budismo,
la búsqueda de la tranquilidad del taoísmo y el autocontrol mental del
confucianismo, nos ayudan a tranquilizarnos, a la paz y la belleza de la
vida en nuestro mundo interior.
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