Facilita la digestión y desinflama las articulaciones.
Existen más de cincuenta especies de yuca. Son arbustos de la familia de las Agaváceas, que proceden de los países tropicales de América, África y Asia. Crecen en terrenos secos y arenosos y necesitan un clima cálido, pero resisten a las heladas. Existen referencias sobre el cultivo de la yuca (Manihot esculenta) en Perú hace más de 4.000 años. Recientes investigaciones demuestran que era el principal sustento de las poblaciones aborígenes azteca y maya. Hoy, sigue siendo un alimento básico para muchos habitantes del tercer mundo.
Es una planta perenne que alcanza entre 1 y 5 m de altura. Sus hojas son rígidas, de color verde amarillento o verde azulado. La parte comestible es el tubérculo, que se consume cocinado como las patatas. Su forma alargada, piel parduzca, aspecto leñoso y pulpa blanca convierten a la raíz de la yuca en un alimento exótico, poco habitual en nuestras latitudes, pero utilizada por la medicina natural por sus múltiples propiedades curativas.
Propiedades y usos medicinales
La raíz de la yuca contiene hasta un 40% de hidratos de carbono, sobre todo almidón, pero es muy pobre en proteínas y lípidos. No contiene gluten, por lo que es un alimento apto para celíacos. También aporta vitamina C (48,2 mg/100 g) y del grupo B, así como minerales: magnesio, potasio, hierro y calcio. Es rica en resveratrol –flavonoide de reconocida acción antioxidante– y en saponinas del grupo esteroides neutros, sustancias que tienen un potente efecto antiinflamatorio, expectorante, hemolítico e inmunoestimulante. Las hojas y el tubérculo contienen glucósidos cianogenéticos que liberan el venenoso ácido cianhídrico, sustancia tóxica que desaparece fácilmente con la cocción. La yuca debe ser hervida o desecada para ser comestible, pues su consumo en crudo podría provocar una grave intoxicación.
Los indios de EEUU y norte de México usaban la decocción o maceración de las raíces de yuca para prevenir la caspa y la caída del cabello, como laxante, para depurar el organismo y combatir el dolor.
Aunque se puede tomar en tisana, actualmente se elaboran extractos del tubérculo, que permiten aumentar la concentración de saponinas y antioxidantes con efecto terapéutico. La medicina natural utiliza el extracto de la Yucca schidigera, la más rica en saponinas, para tratar las siguientes patologías:
• Artritis reumatoide. Las saponinas neutralizan la absorción de toxinas y limpian las vellosidades del intestino, lo que previene las enfermedades degenerativas o metabólicas en las que la depuración orgánica es imprescindible. Su acción antiinflamatoria reduce el edema y el dolor.
• Cáncer. Al depurar el organismo y aumentar las defensas, la yuca puede considerarse como un complemento coadyuvante en el tratamiento de las neoplasias.
• Colesterol y problemas cardiovasculares. El resveratrol de la yuca disminuye la agregación plaquetaria, protege la pared de los vasos sanguíneos y previene la aterosclerosis, así como la formación de trombos causantes de accidentes vasculares.
• Disfunciones digestivas: dispepsia, gastritis, úlceras, colitis, estreñimiento. Las propiedades emolientes y astringentes de la yuca favorecen una buena digestión, regulan el exceso de acidez y equilibran el intestino.
• Dolor. Ejerce un poder balsámico y antiinflamatorio. Se puede utilizar externamente en forma de cataplasma (artritis, golpes, dolores articulares), así como ingerirla para que actúe por vía interna.
• Heridas y abscesos. Aplicada en cataplasmas sobre la zona afectada, desinfecta y promueve la cicatrización.
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fuente.-https://elcorreodelsol.com/
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