Los ojos son una de las grandes conquistas de la evolución. Sin embargo, y a pesar de su enorme utilidad, nuestros ojos no son perfectos. Nuestra visión tiene multitud de errores que muchas veces nos dan una impresión equivocada del mundo real.
Uno de estos “errores” son las conocidas como “moscas volantes”, un concepto que proviene del latín -muscae volitantes- aunque científicamente tiene un nombre algo más complicado: Miodesopsias.
Esta curiosa clase de objetos volantes, que de repente aparecen
en nuestro campo visual moviéndose como si estuvieran vivas mientras
nosotros mismos las perseguimos con la mirada, son percibidas por un
alto porcentaje de personas, hasta un 70% de la gente según IFL Science, y son resultado de nuestros propios ojos.Y la respuesta es curiosa, nuestros ojos ven cuando aparecen estas moscas flotantes, sombras que no existen en el mundo real y que se producen en el interior de nuestro propio ojo…
En realidad son impurezas y minúsculas motas que flotan en el líquido que recubre nuestro globo ocular y que se reflejan en nuestra retina proyectándolos de esta manera en nuestra visión.
Cuando nuestros ojos captan la luz procedente del exterior, la sombra de estos pequeños cuerpos oscuros, que se encuentran flotando en el humor vítreo, se refleja y terminan siendo proyectados a través de la retina haciéndonos ver todo tipo de figuras, puntos o filamentos.
Estamos, en resumen, viendo el interior de nuestro propio ojo… impurezas flotantes en el humor vítreo que proyectan su sombra en la retina y que aparecen mucho más claras cuando miramos superficies luminosas y planas como por ejemplo una pared en blanco o el mismo cielo…
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