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Entre mayo y junio este bello arbolito
se engalana de flores blancas cual delicados ramilletes de novia, flores
que se disponen cual paneles solares sobre el árbol, para así poder
recibir toda la luminosidad de los cada vez más largos días en este
tiempo del año que precede al Solsticio de Verano. El aroma delicado de
sus flores nos envuelve en una sensación de calidez, paz y calma y una
vez reconocido es imposible de olvidar.
El saúco gusta del frescor y la humedad,
por lo que crece cerca de cauces de ríos y arroyos. En verano podemos
encontrarlo en aquellos lugares, que aún sin agua, indican que allí
aunque oculta, el agua está presente.
El saúco es un auténtico árbol sanador
rodeado de misterio, ritos y leyendas, pero sobre todo siempre ha sido
considerado un árbol protector por lo que es frecuente que se buscase su
compañía cercana. Así podemos encontrarlo al lado de una pequeña
ermita, dando sombra en los jardines de casas de piedra, o pegado a las ruinas de las casas de los pueblos abandonados.
Con ramas de madera de saúco se
elaboraban pequeñas cruces atadas con cuerda que se ponían en el
interior de las casas como protectoras frente a los rayos. Flores de
saúco formaban parte del ramo de San Juan junto con otras plantas como
hipérico y verbena a modo también de protección del hogar.
Ramas de saúco, avellano o fresno eran
recogidas por San Juan para elaborar varas mágicas o varas de poder que
eran después pasadas por los fuegos de la noche de San Juan, a modo de
talismán para magos y sacerdotes de las antiguas religiones, o bien como
un resonante de fuerza interior y de la capacidad interior para actuar.
Pero sobre todo el Sauco es un gran árbol medicinal,
y en muchos pueblos hay múltiples recetas que conocen las personas más
ancianas a base de sus flores y sus frutos, unas de uso interno, sobre
todo para las afecciones respiratorias y otras de uso externo, para
cuidar y tratar los problemas de la piel.
Las flores de sauco se han utilizado
desde tiempo inmemorial para tratar afecciones de las vías
respiratorias: catarros, faringitis, tos. Es además sudorífico y
diurético por lo que ayuda a rebajar la fiebre. Su efecto diurético y
ligeramente laxante ayuda a limpiar nuestro organismo
y a eliminar toxinas internas, mejorando la función hepática. Debido a
ello se verán mejoradas patologías de piel y otras de tipo reumático. El
sauco crece como hemos visto en lugares fríos y húmedos donde se
agravan estas patologías (vías respiratorias y procesos reumáticos) y
justo son mejoradas por él. Posee además un ligero efecto relajante y un
agradable sabor que nos hará disfrutar de su infusión.
En uso externo calma y repara piel y las
mucosas por lo que es útil en acné, eccemas y dermatitis. Muy
recomendado también en uso cosmético para pieles con tendencia acnéica y con impurezas, en pieles sensibles y secas.
Bebida de saúco:
Es una bebida refrescante y muy
agradable para tomar en verano. Ae prepara a partir de un concentrado de
saúco y después se diluye al tomarla con agua
y limón. Tiene un sabor único y muy especial que le aportan las flores
de este árbol tan singular. Nada tiene que envidiar a los refrescos
comerciales llenos de azúcar y aditivos con unos efectos tan poco
saludables para nuestro organismo: acidificación, desmineralización,
etc.
Para prepararla se recogen flores de
sauco y se ponen en fresco y recién cortadas y se cubren con agua. La
proporción de flores oscila en torno al 10%. Se dejan macerar toda una
noche, por la mañana se calientan hasta temperatura de infusión, cuando
rompe el agua a hervir se corta el fuego y se dejan reposando dos o tres
horas. Después se cuelan exprimiéndolas con una tela de algodón. Del
líquido obtenido añadimos azúcar integral de caña o panela en una
proporción de un 64% junto al zumo de un limón. Se remueve hasta total
disolución del azúcar y una vez disuelta se envasa en botes de cristal
previamente esterilizados.
Esta receta también se puede elaborar con flores secas pero pierde parte de su aroma y sabor.
Para tomarlo se pondrán dos cucharadas
soperas de este concentrado en un vaso de agua fría al que añadimos un
buen chorro de limón y listo para disfrutar.
Esta bebida nos aporta todas las
cualidades del sauco: refrescante, depurativo, suaviza y protege las
mucosas, de acción antiinflamatoria, ligeramente laxante y relajante.
Una bebida muy agradable y original para sorprender y compartir con
nuestros amigos y para disfrutar en verano.
Palmira Pozuelo(Farmacéutica Naturista)
www.alkemila.com
alkemila@gmail.com
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