Es conocida por ser una mala
hierba. Sin embargo, ¿sabías que puede ofrecerte grandes beneficios para tu
salud? Pertenece a la familia de las Urticáceas.
Aproximadamente, existen alrededor de 30 especies de ortiga y todas se
caracterizan por tener esos pelitos urticantes -con formas de pequeñitas
ampollas-, que al tocarlos nos producen en la piel inflamación, picazón y
ronchas. Pero, no todo es malo. La ortiga tiene infinidad de utilidades.
Destaca
por sus altas cantidades de hierro y selenio, así como por ser una importante
fuente de proteínas. Además, es también una gran fuente de vitamina A, C y K. La
ortiga actúa como un potente limpiador para tu cuerpo. Por ello, se suele
emplear en muchas dietas de adelgazamiento. Además, ayuda a la expulsión de los
residuos ácidos a través de la orina, por lo que ayuda en la prevención de
cálculos renales. Su alto contenido en hierro y clorofila hace que sea muy
recomendable su uso en anemias, pues estimula la producción de glóbulos rojos.
También se usa cuando existe un trastorno digestivo, pues estimula el funcionamiento
del páncreas, el estómago y la vesícula.
Las
friegas con ortiga, teniendo en cuenta que se trate de ortiga mayor para no
provocar una irritación peligrosa, suelen ser efectivas para tratar las
molestias del lumbago. De igual forma se utilizan para tratar dolores
musculares. Pueden encontrarla en varias presentaciones: infusiones, jarabes,
extractos y pomadas. La planta fresca tiene un aspecto urticante sobre la piel
y como remedio diurético debe evitarse en personas con problemas de hipertensión
arterial, cardiopatías o insuficiencia renal.
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