domingo, 26 de mayo de 2019

JAVIER GUZMÁN “La mala alimentación tiene un impacto terrible en la salud infantil”


Martes 21 de Mayo de 2019




Javier Guzmán es director de Justicia Alimentaria. La entidad lleva a cabo diversas campañas para concienciar a la población de la necesidad de una alimentación soberana y ecológica para luchar contra los problemas sanitarios y medioambientales que crea la industria agroalimentaria global. Justicia Alimentaria estuvo en BioCultura BCN y hablamos con Javier antes de su charla en la feria.

Justicia Alimentaria ha protagonizado varias campañas para concienciar a la población sobre la necesidad de adoptar hábitos alimentarios que rehúsen el consumo excesivo de carne, de azúcares y/o de productos altamente procesados.  Algunas de estas campañas han estado dirigidas, principalmente, al mundo infantil, como la campaña “Mi primer veneno. La gran estafa de la alimentación infantil”.  Esta campaña, dirigida a aquellos productos que enferman a la población infantil (y, en general, a toda la ciudadanía), es un ilustrativo informe también sobre cómo trabaja la gran industria y sobre cuáles son las enfermedades que causa.

-Háblame de la campaña “Carne de cañón”…
-Se trata de abrir un debate público sobre el excesivo consumo de carne y sus consecuencias. Tanto en la salud de los ciudadanos como en las repercusiones medioambientales. En 2015 se publicó un informe internacional que daba buena cuenta de las consecuencias del excesivo consumo de carnes procesadas y rojas en la salud de la población. Es un tema conocido, pero aquí se ha hablado poco de ello. En España se consumen productos cárnicos procesados muy por encima de la media europea. Esto significa más problemas cardiovasculares, diabetes, cáncer, obesidad… Y, para colmo, tanta carne desplaza la verdadera y saludable dieta proteica basada en legumbres. Por si fuera poco, la carne procesada es un vehículo para más azúcares, sal, aditivos, nitritos… Y, para más inri, encima, aclaremos que tanta carne significa un consumo bestial de antibióticos indirectos, lo que agrava el problema de la resistencia a antibióticos, que ya produce 3.000 muertes al año en España. El coste para el sistema sanitario público del sistema agroalimentario globalizado es insostenible para erario público.


“El auge del sector ecológico evidencia que la población está reaccionando ante décadas de alimentación industrial y sus consecuencias. Se corre el peligro de que siga instaurándose un sistema de alimentación altamente procesada, aunque en ecológico, lo cual tampoco sería bueno. En cualquier caso, el auge del movimiento ‘bio’ y de todo lo que lo rodea, que se hace bien palpable en la feria, demuestra que la ciudadanía va muy por delante de los poderes políticos”


NIÑOS MUY CARNÍVOROS
-Esta dieta se ceba particularmente en la población infantil
-Así es. El consumo excesivo de carne y de azúcares se ceba principalmente en los organismos más vulnerables, los de los niños. En España, los niños consumen muchísima carne roja y mucha carne procesada. Y muchos azúcares. Es una barbaridad para su salud y para la salud del medio ambiente. Hay que revisar los menús escolares. Hay que llevar a cabo una transición proteínica hacia modelos más sostenibles. Es necesaria una política fiscal que ayude a las legumbres y multe la producción de carne insostenible. Hay que prohibir las megagranjas animales y que desaparezcan las subvenciones a este tipo de producción tan nociva. Ello sin hablar del sufrimiento animal, concentración de purines, contaminación de recursos freáticos…

-Lo de los azúcares, en España, es brutal… ¿O no?
-Tienes razón. Los niños españoles consumen mucho azúcar y desde edades cada vez más tempranas. Ya desde las papillas, los potitos, se les envenena lentamente. Contienen muchos azúcares bajo trampas en los etiquetajes que ocultan la realidad. Todo esto tiene un impacto enorme en su salud y en la mala educación de su paladar. Entran, pues, en una espiral tremenda de malos hábitos alimentarios. Además, los niños son bombardeados con publicidad insana. Si aplicáramos la legislación británica, todos los anuncios que se publicitan en los medios audiovisuales españoles tendrían que desaparecer. Otra de nuestras campañas es “Defiéndeme”. Está realizada para proteger a la población infantil de la publicidad alimentaria insana y por eso exigimos con más de 40 organizaciones sanitarias y sociales el establecimiento de una regulación pública como ya hacen otros países de nuestro entorno.

SIN POLÍTICAS ADECUADAS…
-Nuestro país no se caracteriza por políticas de protección hacia los niños y los consumidores
-En absoluto. Existe un vacío total de políticas públicas de protección para los colectivos más vulnerables cuando la alimentación debería ser algo muy controlado. La alimentación sana, ecológica, tiene que estar en el centro de las políticas. El 44% de los consumidores en España no puede pagarse una dieta saludable. Es más barato lo procesado que lo natural y que los productos frescos.

-¿Cuáles son las consecuencias?
-El 70% del consumo alimentario son productos procesados. El 55% de enfermedades cardiovasculares están relacionadas con esos hábitos alimentarios. El 30% en el caso de muchos cánceres, como el de colon. El 30% en el caso de la diabetes de tipo 2. Hipertensión, obesidad… ¿Seguimos? Todas estas consecuencias las padecen los niños en los mismos porcentajes. A veces, es peor aún. Un niño obeso tiene grandes probabilidades de arrastrar su obesidad toda la vida.

-¿Y qué pasa con nuestros políticos?
-Nos hemos reunido con muchos. Tienen toda la información. Pero no actúan. Existe un conflicto de intereses con la gran industria alimentaria. O se regula en favor de proteger a la ciudadanía. O se regula para defender los intereses de la gran industria. Hasta ahora se ha optado por lo segundo. Hay que pensar que el 40% de los gases de efecto invernadero los causa la gran industria alimentaria. Hay que volver a relocalizar la economía y la alimentación. Circuitos cortos, cocinas en los colegios, dietas saludables, productos ecológicos… Hay un consenso total en que la alimentación industrializada es responsable de muchísimos problemas. La comida basura y sus problemas sanitarios, el cambio climático, la despoblación rural… Es un kit devastador. El resultado de varias décadas de industrialización del sistema alimentario es infame y un desastre transversal absoluto.

CRISIS CLIMÁTICA
-La crisis climática va a aumentar los problemas alimentarios
-Encima eso. Y nuestro país va a ser de los más vulnerables. Va a ser necesario cambiar cultivos, cambiar muchas cosas… y nuestros políticos siguen sin actuar en consecuencia. Por ejemplo, necesitamos un plan de transición ecológica para la agricultura y ganadería contra las inercias y modelos de lo industrial, pero por ahora no está en la agenda.

-En lo que a la población infantil respecta, aumentan las alergias, el asma, las intolerancias…
-Sí. Hay intuiciones. Necesitamos más información al respecto, más estudios independientes.  Estudios e informes que demuestren los vínculos que hay entre la pésima salud de la población y la mala alimentación. Con los políticos, éxitos… pocos, la verdad. Los logros conseguidos, casi siempre, en el ámbito municipal: sobre todo, éxitos que tienen que ver con la compra pública de alimentos ecológicos. En Catalunya sí ha funcionado el impuesto sobre el azúcar. Los estudios hablan de que se ha reducido un 25% el consumo de bebidas azucaradas. Es un notable éxito. Trabajamos mucho temas educacionales en las escuelas… Vamos poco a poco.  Lo más importante es que nuestro marco mental condicionado por los mensajes de las grandes corporaciones vaya cambiando, y para eso es clave la información independiente.

Pedro Burruezo
Foto: JuanMi Morales


SECTOR ECOLÓGICO AL ALZA
UNA BUENA NOTICIA…
-Entre los saldos positivos, el sector ecológico es un sector al alza. BioCultura es un claro exponente de eso…
-Es evidente que la población está reaccionando ante décadas de alimentación industrial y sus consecuencias. Se corre el peligro de que siga instaurándose un sistema de alimentación altamente procesada, aunque en ecológico, lo cual tampoco sería bueno. En cualquier caso, el auge del movimiento “bio” y de todo lo que lo rodea, que se hace bien palpable en la feria, demuestra que la ciudadanía va muy por delante de los poderes políticos.
+ info
www.justiciaalimentaria.org

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