miércoles, 5 de junio de 2013

Elegir una dieta saludable




Una dieta sana y equilibrada reduce el riesgo cardiovascular a través de diferentes mecanismos: reducción de peso, descenso de la presión arterial, mejora del perfil lipídico, controla la glucemia y reduce la predisposición a la trombosis.

Consejos:
-         Elegir una dieta saludable, variada y con un aporte calórico adecuado (peso ideal).
-         Fomentar el consumo de fruta y verdura, cereales y pan integral, productos lácteos bajos en grasa y pescado.
-         Más pescado que carne y la carne debe ser magra (evitar grasa).
-         Recordar que el aceite de pescado y ácidos grasos omega 3 tienen propiedades protectoras específicas.
-         Ingesta total de grasa no superior al 30% de la ingesta calórica total y los ácidos grasos saturados no deben exceder un tercio de la ingesta total de grasa.
-         Ingesta de colesterol, menos de 300 mg/día.
La dieta mediterránea constituye un patrón de alimentación saludable, considerado ideal para prevención de las enfermedades cardiovasculares. Es rica en productos frescos de origen vegetal (frutas, verduras, cereales, patatas, frutos secos, semillas, etc…) Es escasa en productos ricos en azúcares refinados y carne. Tiene una presencia el aceite de oliva como fuente principal de grasa. Se incluye queso, yogurt, pollo y pescado en cantidades moderadas como fuente esencial de proteínas.
Aumentar la actividad física:
-         Fomentar la actividad física en todos los grupos de edad.
-         Objetivo: al menos media hora diaria de actividad física.
-         La actividad física moderada se asocia con beneficios para la salud.
-         Conseguir compatibilizar con la rutina diaria.
-         En las personas sanas, se aconseja 30 ó 45 minutos diarios de actividad física, 4 ó 5 veces por semana y entre el 60 y el 75% de la frecuencia cardiaca máxima.
Más recomendaciones
En personas con enfermedad cardiovascular y en personas de alto riesgo es muy importante evitar el sobrepeso o reducirlo. Las pérdidas de peso ligeras (entre un 5 y un 10%) pueden ser clínicamente relevantes. Es necesario conseguir la reducción de peso en personas obesas o con sobrepeso y si existe un aumento de grasa abdominal (102 cm o más en hombres y 88 cm o más en mujeres).
Existe un mayor éxito en la reducción de peso con ayuda de un profesional y también con una fuerte motivación individual.
Extraído de:

- Guía europea de prevención cardiovascular en la práctica clínica, 2004. CEIPC,
Comité Español Interdisciplinario para la Prevención Cardiovascular.

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