domingo, 16 de marzo de 2014

Paracelso: El Alquimista

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Paracelso

Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, también llamado Theophrastus Bombast von Hohenheim, conocido como Paracelso o Teofrasto Paracelso, nació en Zurich el 10 de Noviembre de 1493.
Medico, alquimista y astrólogo llegó a la fama porqué creyó haber logrado trasnsmutar el plomo en oro con procedimientos del alquimia y porqué le dio nombre al zinc (zincum)
Escogió el nombre por el que es conocido porqué significa “Superior a Celso” gran médico romano del siglo I
“Estudió y descubrió las características de muchas enfermedades (sífilis y bocio…) y para combatirlas se sirvió del azufre y el mercurio. Se dice que fue un precursor de la homeopatía, ya que aseguraba que «lo parejo cura lo parejo» y en esa teoría fundamentaba la fabricación de sus medicinas”.
Uno de sus principios fue: “Únicamente un hombre virtuoso puede ser buen médico”; para él la Medicina tenía cuatro pilares:
1.Astronomía.
2.Ciencias naturales.
3.Química.
4.El amor.
Algunas de sus frases y principios:
Que no sea de otro quien puede ser dueño de sí mismo”.
“Todo lo que sé, me lo han enseñado las brujas”
“Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis”.
“Que no sea de otro quien puede ser dueño de sí mismo”
“El médico debe ser el auxiliar de la naturaleza, no su enemigo”
“La naturaleza es el gran médico y el hombre posee a éste en sí mismo.”
“Es médico quien sabe de lo invisible, de lo que no tiene nombre ni materia, y sin embargo, tiene su acción”.
“Esto prometo: ejercer mi medicina y no apartarme de ella mientras Dios me consienta ejercerla, y refutar todas las falsas medicinas y doctrinas. Después, amar a los enfermos, a cada uno de ellos más que si de mi propio cuerpo se tratara. No cerrar los ojos, y orientarme por ellos, ni dar medicamentos sin comprenderlo ni aceptar dinero sin ganarlo”.
“Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve… Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor… Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas.”
Murió en Salzburgo, el 24 de septiembre de 1541

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