sábado, 15 de octubre de 2016

Si puede, no vaya al médico


Antoni Sitges Serra
Antonio Sitges-Serra
Catedrático de Cirugía (UAB)
http://www.elperiodico.com

Una visita al doctor, por si acaso, nos llevaría a hacernos angustiosas revisiones y análisis cada dos por tres


Si puede, no vaya al médico
FERRAN NADEU
Una sala de espera en el Hospital de Sant Pau.

Con este artículo cumplo 100 colaboraciones en EL PERIÓDICO.
Echando la vista atrás observo que una de las preocupaciones que más a menudo ha ocupado esta tribuna ha sido el advertir acerca de la medicalización de nuestra hipocondríaca sociedad. Medicalización que no queda restringida a la sobreprescripción de medicamentos, sino que abarca ámbitos tan diversos como la psiquiatrización de los estados de ánimo, la así llamada salud de la mujer, la promoción de enfermedades o la cirugía innecesaria. De modo que en este artículo del centenario les resumo algunas de mis reflexiones bajo el lema: si puede, no vaya al médico

No debe usted ir al médico si se encuentra bien porque si se encuentra bien sería raro que el médico le diagnostique algún desperfecto grave. Quiero decir que no es imprescindible que vaya usted al médico por si acaso porque si siguiésemos esta lógica estaríamos haciéndonos revisiones cada dos por tres, lo cual solo nos reportaría angustia y preocupaciones (¿a ver cómo salen los análisis?). Si usted se paga la revisión médica de su bolsillo o su empresa se la ofrece gratuitamente, sepa que se trata de un gasto inútil. Piense usted que, afortunadamente, en nuestro entorno la gente goza de excelente salud y la esperanza de vida en España, y en Catalunya en particular, está dentro de las cinco mejores del planeta. Por tanto, tranquilo, sobre todo si usted pone de su parte y come y bebe razonablemente, se ejercita con moderación y no fuma.

LOS 30 0 40 PARÁMETROS ANALÍTICOS

¿Que qué le puede pasar si va al médico encontrándose bien? Se lo explico. El facultativo le va a pedir una serie de pruebas por si acaso usted estuviera enfermo y no se hubiera enterado. Empezará con unos análisis de sangre que incluso usted le solicitará que sean muy completos. También una radiografía de tórax, un electrocardiograma y una ecografía abdominal por si acaso.
Pero sepa usted que cuantas más pruebas le hagan mayor es la probabilidad de que alguna de ellas no salga bien. Valgan como ejemplo estas flechitas que apuntan hacia arriba o hacia abajo impresas al lado de alguno de los 30 o 40 parámetros analíticos que le han determinado. Estas flechitas hacia arriba o hacia abajo dan muchos dolores de cabeza. En primer lugar a usted mismo que va a abrir el sobre que le entreguen en el laboratorio y pensará que algo grave está pasando: «¿Qué quiere decir esta flechita hacia arriba, doctor?» Si su médico es razonable y lo que pasa es que usted padece de 20 miligramos más de colesterol de lo que marca el límite alto de la normalidad (por cierto, cada vez más bajo) no pasará nada. Quizá le haga una recomendación dietética.
Si el médico quiere ir al fondo de la cuestión, le repetirá un análisis más completo o, directamente, le recetará una pastilla diaria. Usted se encuentra bien pero se está acercando peligrosamente a la posibilidad de estar enfermo ¡Cuidado! Si lo que ha sucedido es que sale un poco más alto de lo normal un marcador tumoral que le han pedido sin que usted lo sepa (y sin fundamento científico) prepárese. Al tanto si en lugar de una flechita indiscreta le encuentran a usted una sombra en una radiografía; lo más probable es que le aconsejen un escáner o una resonancia magnética, en las que tiene usted un 1-3% de posibilidades de que le detecten una anomalía anatómica que despierte el interés desmesurado del radiólogo y que quizá le lleve a una exploración más cruenta como una biopsia o una endoscopia por si acaso… ¡Cuidado!

LA CONVERSIÓN EN ENFERMO IMAGINARIO

Ya sé que los ricos se hacen muchos chequeos pero no ganan nada con ello. Más bien, al contrario: muchos se vuelven enfermos imaginarios y víctimas de las revisiones periódicas con las que los centros privados hacen negocios con el por si acaso. Sé de una joven de 42 años que perdió su timo innecesariamente –siéndole abierto el esternón de punta a punta– por si acaso tenía un tumor que no tenía (era un «timo grande», le dijeron). A otro no-paciente, un dermatólogo en precario (le biopsió innecesariamente un hematoma en un dedo que se había hecho pinchándose con un rosal por si acaso fuera un melanoma; 15 días de baja. Sé de otra no-paciente de 72 años perfectamente llevados, que tras una revisión ginecológica, que no debería haberse hecho, le aconsejaron una histerectomía y una cirugía en la mama por un cáncer mínimo. La pobre perdió innecesariamente la matriz tras dos intervenciones para olvidar y falleció por culpa de una quimioterapia injustificable que le propinó una oncóloga adicta a los protocolos.
Así que si usted se encuentra bien, cuídese y no vaya al médico. Tiene un ínfima posibilidad de padecer una enfermedad grave, y en cambio corre el riesgo de entrar en una espiral de violencia de análisis, radiografías y cirugía innecesarias. Se lo dice un médico.

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